La emoción en el podio lo embargó y le impidió hilvanar alguna frase. Las lágrimas que iban corriendo por su rostro, reflejaron todo el sentimiento contenido desde hace más de una década. Fueron las lágrimas del campeón, esas que se escondieron mientras el Gurí Martínez corrió la última carrera del año 2015 del Turismo Carretera, en la que no hubo espacio para la distracción y muchos menos para la equivocación.Nada fue fácil, el fin de semana en La Plata lo comenzó pensando en que debía pelear el campeonato con Matías Rossi, pero el de Del Viso se fue apagando.
Y cuando parecía que todo se encaminaba a la tranquilidad apareció otro candidato, quien se le posicionó detrás, también con aspiraciones de quedarse con el título en juego.
Sabía que no podía relajarse, que una mala maniobra lo podía dejar afuera, y por eso hasta el último momento contuvo el festejo, ya que justamente ese que lo perseguía era nada más y nada menos que Guillermo Ortelli, el múltiple campeón, un experimentado en la materia.
Y se dio no más. Lo que se palpitó durante todo la estadía en el Roberto Mouras de La Plata, tuvo el desenlace esperado para la provincia de Entre Ríos y para la hinchada de Ford: Omar Martínez gritó campeón nuevamente en el Turismo Carretera.Ese viejo joven que en pocos días más, en el arranque de 2016 cumplirá 50 años, volvió a hacer delirar a la multitud que se dio cita al trazado de la capital bonaerense.
Porque lo quieren todos, los rivales y sus seguidores, como sucede en Entre Ríos se potencia a lo largo y ancho de la Argentina. Y así quedó reflejado también cuando por algunos segundos la hinchada de Chevrolet pasó frente a su box antes de la final y también lo ovacionó.
Ese hombre que nació en Rosario del Tala, pero después fue criado en Nogoyá, y ahora está instalado en Paraná, ese que no es de acá ni de allá, pero que es de todo Entre Ríos, ese es el Gurí. Ese hombre de perfil bajo pero con una sonrisa encantadora, volvió a gritar campeón.
Sí, el mismo que hace 39 años atrás se subía a un tractor para tener sus primeros contactos con el volante, ese mismo que nació en el campo soñando con que esas ruedas gigantes se achiquen y la velocidad se aumente. Ese mismo, es el que hoy con 49 años sigue dando que hablar en el automovilismo nacional.
LAS ÚLTIMAS VUELTAS DE LA HISTORIA. Quien comandó la sinfonía desde el principio fue Omar Martínez. En una largada con Mariano Werner, fue el Supremo mediante una productiva aceleración quien se calzó el buzo de líder.
Atrás, Ortelli superó a Martín Ponte y se colocó tercero. Y justamente el de Salto es quien iba por el Gurí, pero antes debía superar a Mariano Werner, cuestión que se le imposibilitó durante los primeros diez giros.
El desgaste fue de Ortelli en este segmento de la carrera, mientras que la tranquilidad estaba en el auto amarillo.
Por su parte, Matías Rossi, quien llegó como puntero de la copa, tuvo un fin de semana opacado. Desde el puesto dieciocho intentaba avanzar, y de a poco veía cómo el desarrollo de la carrera le restaba chances de retener el título.
La actividad marchaba con normalidad, con una lucha constante entre Werner y Ortelli quien no podía con el paranaense que aguantó las embestidas. En el octavo giro volvió a intentar el séxtuple campeón, puso el auto a la par, es más llegó a rozarlo un poco al paranaense, pero no logró el sobrepaso.
Esta situación, claramente favoreció a Omar Martínez, porque el auto de Ortelli, con diez vueltas concretadas pudo superar a Mariano, pero el desgaste durante este lapso fue importante.
A partir de esa maniobra nació otra carrera, con los dos pilotos más experimentados en los primeros lugares, peleando por la carrera y por la corona.
Desde el box de Martínez la indicación del Topo Pérez fue: “Si vez que no lo podés aguantar déjalo que pase (en referencia a Ortelli), la diferencia de puntos es a favor nuestra. No castigues el auto”. Pero, el nacido en Rosario del Tala siguió manteniendo el liderazgo, con Ortelli detrás y Mariano Werner en el tercer puesto.
Martínez conducía y prestaba altamente atención a los espejos, porque pegado venía su rival, el de Chevrolet.
Aunque faltaban las tres últimas vueltas y Ortelli fue nuevamente y el Gurí aguantó. ¿La última embestida?, Sí. Y listo. No había margen para revertir esa historia. Solo esperar la bandera de cuadros y gritar ¡campeón!
Un nuevo título nacional
El Gurí Martínez se coronó por octava oportunidad como campeón argentino. En 1990 y 1991 obtuvo los títulos en Fórmula Renault Argentina con un chasis Crespi, en 1997 ganó su primer torneo en Top Race con Honda Prelude, en 1998 consiguió el campeonato del TC 2000 con Honda Civic, en el año 2000 volvió a coronarse en Top Race para llegar al año 2004 en el que consiguió su primer campeonato en el Turismo Carretera con Ford. Dos años después llegó a su tercer título en Top Race con Ford Mondeo, y el domingo se coronó bicampeón del TC con el Ford que prepara su propia estructura en la capital entrerriana.
Fuente: RODRIGO JUÁREZ para El Diario
