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Padres en alerta: cómo detectar situaciones de abuso

 No tienen más de cuatro años y fueron abusados en el jardín. Algunos, pudieron contarlo en la casa. Dijeron que no querían ir más al colegio, que un “hombre de blanco” se los “llevaba a un lugar”, que les hacía cosas “raras”. Ese hombre es Luis, el cocinero de la escuela Juan Bautista Alberdi, en Castelar. Está acusado de abusar a once chicos.

Los padres, enfurecidos, se manifestaron en la puerta de la institución y acusan a las autoridades de ignorar la gravedad del hecho. Pero una pregunta quedó abierta: ¿Cómo detectar situaciones de abuso en los chicos?

Lo primero que se observa son “cambios de conducta”, dice Adrian Besuschio, psiquiatra y psicoanalista. Insomio, irritabilidad, problemas de atención y resistencia a la puesta de límites, son algunos de las señales que dan los chicos.

“Cuando un menor es abusado, sus zonas erógenas se estimulan prematuramente. A ese acercamiento, los chicos lo viven como un trauma. Y si psiquis se carga de una energía que no tienen cómo canalizar”, explicó Besuschio. De allí surgen los trastornos en la conducta.

También son muy frecuentes los problemas de retención de pis y caca.

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A partir del caso de Castelar, un padre contó que su hija «lloraba durante la noche, no quería dormir en su habitación y se hacía pis y caca encima». Y dijo que otros chicos manchaban las paredes de excremento. Sin embargo, las autoridades escolares nunca le dieron importancia a este tipo de avisos.

Comunicar jugando

Para cualquier niño, un abuso es traumático. Ni su cuerpo, ni su cabeza, están preparados para ser estimulados.  A ello se suma que cualquier escena de seducción la viven con culpa. Y que experimentan una desprotección por parte de los mayores que son quienes, se supone, deben resguardarlo de cualquier peligro.

“Muchas veces los niños abusados tocan la cola o los genitales a los adultos. Repiten la agresión de la que fueron víctimas. Incluso, con sus juguetes, pueden tocarlos, besarlos y simular la situación que ellos vivieron pasivamente” explicó el psiquiatra Besuschio.

Si bien un niño no puede expresar con su lenguaje lo que le pasó, siempre envían señales. Y hay que saber leerlas. Es muy importante “estar atentos y no negar lo que pasa”, aseguró aINFOnews el psiquiatra Besuschio. También es necesario que los padres dialoguen con los chicos sobre cómo fue el día fuera de la casa y qué hicieron en la escuela.

“Muchas veces los niños abusados tocan la cola o los genitales a los adultos».

El abuso de menores es una situación mucho más frecuente de lo que se cree. Sucede, en la mayoría de los casos, en el seno familiar. Ana Rozenbaum, especialista en Psicoanálisis de niños y adolescentes asegura que “el miedo, la vergüenza y la culpa hacen que no resulte fácil para un menor contar lo que le ha pasado. Esto, muchas veces, lleva a padecer una segunda experiencia traumática”. La del silencio y la culpa.

Acompañar a los chicos, escucharlos y saber leer las señales que envían, son claves para evitar un sufrimiento mayor en chicos que ya han sido abusados.