La cría de peces en lagunas y estanques fue una respuesta a la pesca indiscriminada que afectó los recursos naturales de los ríos. El Paraná no fue la excepción, lo que ha motivado permanentes intervenciones de los estados ribereños, estableciendo vedas para la pesca de especies destinadas al mercado exportador, y así recuperar el recurso ictícola.
La pasión por la pesca movilizó al emprendedor Sebastián Almará a desarrollar un proyecto productivo que tuvo como principal objetivo recuperar especies que, como el pacú, prácticamente habían desaparecido del curso inferior del Paraná. Así nace Pezcampero, un criadero de peces que no deja de crecer.
«Empezó como una inquietud, viendo un programa de televisión. Investigué por Internet y en 2005 trajimos alevinos de carpa, pero la idea era traer pacú, lo que conseguimos a fines del mismo año» apunta el emprendedor.
Asesorado por el ingeniero agrónomo formoseño Néstor Gromenida, uno de los especialistas que hace años se dedica a la producción intensiva de peces, Almará inició el desarrollo de su propia experiencia en un predio de 3 hectáreas, donde construyó lagunas que fueron el hábitat de pacués, tilapias, carpas, bogas, sábalos. Ahora se impone una nueva especie llamada Randia, de exquisita carne, que estará disponible para la próxima semana santa.
El emprendedor recorre con un tramallo uno de los estanques donde cría peces, en las afueras de Paraná. Randias de buen tamaño, entre 1,2 y 1,5 kilos, surgen junto a otros en un espectáculo de saltos y chorros de agua interesante. En poco tiempo más el engorde llegará a su punto ideal y los peces saldrán a la etapa comercial.
La pesca intensiva con destino industrial en el Paraná disparó hace tiempo el surgimiento de estos emprendimientos, que se multiplican en el norte del país. Aquí, en la provincia de Entre Ríos hay varias experiencias que tienen al emprendimiento de Sebastián Almará en la capital provincial como referencia.
Nuevas especies
En la evolución de quienes crían peces en lagunas o estanques, hace poco tiempo se sumó la Randia, el bagre sudamericano de la región central de Argentina, sudeste de Brasil y Uruguay. Esta especie es omnívoro, tiene un rápido crecimiento y características óptimas para el consumo debido a que sus filetes no poseen espina. Una especie que, junto al pacú y su excelente carne también prueba Almará, con expectativas más que favorables.
Fuente: Entre Ríos