Noticias - Toda la Provincia a Toda Hora

Pidieron perpetua para Pablo Actis

f_1467191691Al término de los dilatados alegatos del juicio que se le sigue a Pablo Actis, que está acusado del delito de Homicidio doblemente agravado por el vínculo y por tratarse la víctima de una mujer en contexto de violencia de género, en perjuicio de su pareja Agustina Turano, el imputado no sostuvo su inocencia de manera explícita sino que prefirió señalar lo que consideró errores en los peritos médicos y psicólogos del Cuerpo Médico Forense de Tribunales, algo que su defensa se dedicó a cuestionar durante casi tres horas de las nueve que duraron los alegatos.

Los acusadores sostienen que Turano fue estrangulada con una mano y que Actis preparó la escena para hacer pasar la muerte como un suicidio.
Los defensores, que se suicidó ahorcándose con una soga y actuó desesperado ante el hecho de encontrar a su pareja pendiendo de una cuerda en la cocina de la casa que compartían en Maestro Alberdino 80.

Conclusión.

Actis, que enfrenta sendos pedidos de prisión perpetua realizados por la fiscal coordinadora Carolina Castagno, y los querellantes Raúl Barrandeguy y Candelario Pérez, sostuvo que la “conclusión” del juicio de los peritos psicólogos desde la instrucción fue que consideraron que era culpable y opinó respecto a aquella conclusión que «errar es humano» más cuando entendió que “errar” le cuesta “la libertad o la muerte” a una persona.

Así, opinó que “es complicado y no lo podemos tomar tan libremente”. Actis señaló que “Mayer (Mauricio, juez de instrucción de la causa, actualmente juez de Garantías), Aguirre (Walter, médico forense de Tribunales) y las peritos psicólogas (María Zelmira Barbagelata Xavier y Aranzazú Ormache, del Departamento Médico Forense de Tribunales) han errado” y añadió: “Hablamos de la libertad de una persona, no de una cosa material”.

Al igual que su defensa, a cargo de Hugo Gemelli y Matías Argüello de la Vega, cuestionó que no se haya realizado la autopsia en el momento en se tomó conocimiento del deceso de Turano.
En este sentido manifestó que “hacer un trabajo más profundo hubiese sido mejor y hubiese llevado a otras conclusiones”.
Actis remató su declaración considerando que en la autopsia psicológica que se realizó sobre Turano, basada en testimonios de familiares directos, amigos y familiares de Actis, quedaron “muchas cosas inconclusas”.

Fiscalía.

Castagno realizó un detallado alegato y se basó para sostener la acusación en el informe de Aguirre. En este sentido, defendió el profesionalismo de los galenos de Tribunales y cuestionó las impugnaciones que recibió aquel, especialmente las que realizó Diego Rodríguez Jacob, de quien señaló que es perito forense en el Sur y fue integrante del Cuerpo Médico Forense de los Tribunales entrerrianos. La fiscal entendió que hubo una incompatibilidad en su declaración como testigo-perito.

Castagno consideró que la muerte de Turano se produjo por compresión mecánica del cuello realizada con una mano, tal como lo consignó Aguirre en su informe.

También entendió que se dio en “un contexto general de violencia, que se exhibe en la lucha defensiva que realizó Agustina”.
La fiscal destacó el cambio de carácter del imputado que se mostró nervioso cuando se enteró que se iba a exhumar el cuerpo de la víctima para realizarle la autopsia, en un giro en la investigación.

A la pregunta sobre quién fue el autor de la muerte de Turano, Castagno respondió: “No hay evidencia que no lleve a vincular a Actis” y recordó las lesiones que se constataron en el cuerpo de la chica insistiendo en que “los forenses coincidieron en que hubo una lucha”. En este sentido, señaló que “Aguirre reconoció que Agustina se defendía”.

Así, sostuvo que “el cuadro probatorio no deja dudas de los hechos y esta Fiscalía no duda de la hipótesis acusatoria. Agustina no decidió quitarse la vida, sino que se la arrebataron de forma violenta sin ningún tipo de justificación”.

Castagno consideró válidas las conclusiones de la peritos psicólogas que concluyeron que Actis presentó una conducta “manipuladora, egocéntrica, narcisista” añadiendo que tiene “modalidad perversa, actitud hostil por sobre el amor al objeto; con una relación de poder sobre Agustina, a la que ubicaba en el lugar de objeto”.

Homicidio.

A su turno, Barrandeguy realizó un alegato con referencias dogmáticas, legislativas y jurisprudenciales. Al analizar el lugar del hecho, sostuvo que “no hay otra hipótesis a aceptar que ese cuerpo fue izado, las lesiones en la espalda del imputado y la escena del crimen así lo indican”.

El letrado sostuvo que al inicio del debate tenía dudas sobre el agravante por violencia de género, pero que en el debate se decidió a solicitarlo.
Por su parte, Pérez cuestionó duramente a los testigos calificados de la defensa, especialmente al psicólogo Pablo Liendo, de quien dijo que no cumplió con el rol que le manda el Código Procesal.

El querellante entendió que Liendo impugnó el informe de las peritos oficiales “con conclusiones totalmente falsas, donde hace decir a un testigo cosas que no dice”.

Pérez entendió que su cuestionamiento también le cupo a Jacob y a Sergio Vázquez puesto que sostuvo “vinieron (al debate) con posiciones que no eran verdaderas” aunque aclaró que no los iba a acusar por el delito de falso testimonio.

Temor.

Gemelli y Argüello de la Vega sostuvieron su “convicción” acerca de la inocencia de Actis y no dejaron pasar por alto las consideraciones de Pérez y las refutaron firmemente.

En sus alegatos cuestionaron que Mayer no ordenó la autopsia de la víctima y resaltaron el temor “reverencial que Actis le tiene a Juan Carlos Turano (padre de la víctima y ex vocal del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos) porque temía que si se separaba de Agustina no le iba a dejar ver su hija, tal como hicieron con el papá de la primera hija de Agustina”.

En esta situación los defensores encontraron la explicación respecto a que con antecedentes de violencia de parte de la chica sobre Actis, éste no realizara ninguna exposición policial, como sí hizo el día del hecho, motivado por sus padres y hermanos.

Los defensores sostuvieron el testimonio de los testigos especializados, señalando que ofrecieron una visión diferente de la que exhibieron los peritos oficiales.

En este sentido expresaron que éstos no están acostumbrados a la crítica y manifestaron que el hecho que “sean peritos, como funcionarios judiciales, no significa que tengan la verdad absoluta de todo”.

También señalaron que la exhumación del cadáver cinco días después de la muerte conspiró con la autopsia porque estaba en avanzado estado de descomposición.

Respecto a la escena del crimen, la defensa cuestionó la hipótesis acusadora que dice que Actis preparó todo para simular un suicidio al señalar que porqué razón destruiría todo lo que habría construido al ir a buscar al policía después de descolgar el cuerpo de su pareja, atribuyendo su conducta a un estado de desesperación ante el cuadro que encontró al regresar a su casa.

Signos de vitalidad


Las partes discutieron sobre un informe de la patóloga Silvia González Bertero, que sostuvo que de la piel que se analizó, extraída del surco que tenía en el cuello Turano se encontraron signos de vitalidad.
La acusación lo relativizó diciendo que a ese dato había que verlo en contexto con otros elementos. La defensa lo elevó como concluyente porque derribaría la hipótesis que sostienen los acusadores de que la chica fue colgada mientas aún estaba con vida.