Tras el recuento del 100% de los votos, el Consejo Nacional Electoral del paísconfirmó que Rafael Correa obtuvo el 56,7%; Guillermo Lasso el 23,3%; Lucio Gutiérrez 6.6%; Rodas 4%; Noboa 3.7%; Acosta 3.2%; Wray 1.3% y Zavala 1.2%.
El presidente festejó en el balcón del Palacio de Gobierno: «Dios les pague la victoria, que es de ustedes compañeros. A esta revolución no la para nadie«. Y agregó: «Solo estamos aquí para servirles a ustedes. Nada para nosotros, todo para ustedes, pueblo que se ha hecho digno de ser libre».
El canciller Ricardo Patino, en declaraciones con Telesur, confirmó el triunfo «contundente, de tres a uno». El correista elogió el trabajo del presidente. «No hay ninguna duda, los ecuatorianos quieren seguir con la revolución ciudadana». Según afirmó, falta «consolidar la economía, democratizar el acceso a la tierra y mejorar en seguridad».
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, encabezó sus primeras reuniones de gabinete más de 35 años antes de ser elegido. Cuando era un niño en la ciudad portuaria de Guayaquil, jugaba a ser jefe de Estado con sus amigos, quienes cumplían el papel de ministros y recibían sus órdenes.
El carisma innato que mostró desde su infancia lo ayudó a ser uno de los presidentes más populares del país, aclamado como un salvador desde páramos andinos hasta la selva de la Amazonía.
Sin embargo, sus enemigos ven en sus juegos de niño los rasgos autoritarios de un líder al que ahora acusan de acaparar poder, pues de alguna forma siempre se arregló para ser el jefe.
«A los ocho años, con sus amigos jugaba a que él era presidente y los otros eran ministros. Y yo les decía: ‘Oye, cuando uno juega a policías y ladrones, una vez te toca ser policía, otra vez te toca ladrón'», dijo su hermano Fabricio, quien se convirtió en uno de sus mayores críticos tras una agria disputa por unos contratos con el Estado.
«‘Pero acá ustedes siempre son los tontos que son los ministros y él es el presidente'», agregó en una entrevista, al describir los juegos del pasado.
A pesar de las opiniones polarizadas sobre este fotogénico economista, las encuestas muestran que el país de unos 15 millones de personas le otorgaría a Correa un nuevo periodo en los comicios presidenciales del 17 de febrero.
El objetivo es continuar su «Revolución Ciudadana», que lo compromete a luchar contra la agobiante pobreza y a expandir el papel del Estado en la economía ecuatoriana.
Fuente: Infobae