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Recomiendan no hacer podas indiscriminadas de árboles.

 

 

 

 

 

 

 

 

En el imaginario popular de la región se sostiene una creencia: hay que podar los árboles durante los meses que no contengan “r”, es decir, en mayo, junio, julio y agosto.

Se cree que luego de cortar las ramas, estos crecerán con mayor vigor con la llegada de la primavera y ofrecerán su mejor follaje durante el verano.

Por eso es común ver, cuando llega el frío, una aluvión de personas con hachas o motosierras realizando esta labor. A esto se suma que en muchas de las veredas de la ciudad los vecinos dejan depositados grandes montículos de ramas que se transforman en un peligro para los transeúntes distraídos.

“En realidad, al arbolado de calle no hay que podarlo. Si está bien planificado y no existen riesgos de que afecte a algún cableado, no hay que tocarlo. Lo que ocurre es que hay una cuestión cultural que lleva a la gente a comenzar realizar cortes de las ramas a partir de mayo. Y en estos días, sobre todo, vimos muchas motosierras en Paraná”, comentó a UNO la ingeniera agrónoma María Silvia Carponi, titular de la cátedra de Espacios Verdes de la Facultad de Ciencias Agrarias, dependiente de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).

La profesional señaló que “en general, el árbol de la calle debe ser de follaje caduco, es decir, que en verano dé sombra y en invierno permita el paso del sol, y con una altura adecuado, de acuerdo a la edificación”.

“Al podarlo, el árbol se debilita muchísimo, porque necesita de mayor energía para reponer todo el follaje que perdió. Además, como se corta la rama y habitualmente no se coloca ningún producto para sellar la corteza, esto posibilita la entrada de enfermedades, como por ejemplo distintos tipos de hongos, sobre todo en esta zona, donde hay mucha humedad”, afirmó.

Por su parte, la licenciada en Ecología María Isabel Laurencena, autora del libro “Arbolado de Alineación”, explicó que “al árbol que está en una plaza o en un espacio público donde dispone de lugar y puede crecer libremente porque no tiene competencia no hay que podarlo, o en todo caso hay que hacerlo con menor frecuencia.

 

Distinto es el que está dispuesto en la calle de forma planificada, que se disputa el espacio con un edificio lindante, con la red de servicios que van por debajo, como cloacas, gas, cableado urbano, y también el espacio aéreo con el alumbrado; no quiere decir que haya que podarlo, sino que hay que evaluar si lo necesita”.

 

“Pero en ningún caso debe hacer este trabajo alguien que no sepa, porque se hace un gran daño a los árboles”, dijo a modo de conclusión.
Existen tres tipos de poda

1) Poda de formación: se hace durante los primeros años tras la plantación, para conducir el árbol para obtener una estructura de ramas principales fuertes y bien distribuidas , y situar la copa a cierta altura del suelo.

2) Poda de mantenimiento: consiste en eliminar elementos indeseables como ramas secas, con riesgo de rotura, o que estorben el paso de personas o toquen cables o edificios; o para aclarar la copa de ramaje excesivo.

3) Podas excepcionales: desaconsejadas por los especialistas y sin embargo es bastante frecuente de ver tanto en arbolado urbano como en jardines privados. Su finalidad es reducir de un plumazo el volumen de copa de los árboles a base de motosierra.

“Se procura proteger cada ejemplar que hay en Paraná”

En referencia al tema de la poda indiscriminada de árboles que muchas veces se realiza en Paraná, el secretario de Medio Ambiente de la comuna, Leonardo Centurión, aclaró a UNO que “existen ordenanzas que estipulan que los árboles ubicados en la vía pública corresponden a la jurisdicción del Municipio, pero ocurre que muchas veces los vecinos inician por cuenta propia una poda , que se hace sin conocimiento y como consecuencia se termina destrozando al árbol”.

 

Este año, desde la Municipalidad se anunció un intenso plan de poda, que arrancó a principios de mayo, tras una capacitación profesional teórica y práctica de los empleados de las distintas cuadrillas de las Unidades se servicio encargadas de las tareas.
 

“Buscamos crear conciencia en la gente para que no corte por su cuenta las ramas ni saque un árbol de la vía pública. Con esto, lo que se procura es proteger a cada ejemplar que hay en Paraná y solo se recurre al corte cuando hay una necesidad específica, como por ejemplo que se tape un semáforo, se estorbe un cableado o haya un árbol añejo o seco que represente algún peligro; en ese caso intervenimos enviando a un equipo de ingenieros para que evalúen una solución. Todo esto se especifica en un expediente y se realiza un informe previo”, dijo.

Acumulación de basura

Centurión aseveró que “muchos vecinos que cortan las ramas avisan luego al Municipio para que las retire. Otros no lo hacen y es por eso que queda la basura acumulada. Estamos abocados a la recolección de este tipo de residuos, pero a veces son tantos los casos que no se da a basto”. Asimismo, advirtió que “otro de los problemas que se generan con estas conductas es que muchos optan por quemar las ramas y las hojas secas, provocando un humo que es muy tóxico”.