Los dos goles señalados por Rodrigo Mora para River Plate en el segundo tiempo tuvieron un peso específico superior a la misma cantidad que anotó Ramiro Carrera para Arsenal en el primero, cuando parecía que el equipo de Sarandí iba a alcanzar su primera victoria en el campeonato y finalmente debió conformarse con un ingrato empate 3 a 3 que representó mucho más para un equipo «millonario» que viene «de mal en peor».
Arsenal tuvo un primer tiempo ideal, lo mismo que Carrera, quien abrió y cerró el marcador en esa etapa con sendos golazos, no menos bellos por cierto que los convertidos por su compañero Damián Pérez y su rival Gonzalo Martínez.
Fue inteligente el planteo pergeñado por Martín Palermo en el arranque, buscando lastimar a River por el sector derecho de su defensa, donde Gabriel Mercado y Germán Pezzella no hacían pie ni encontraban respaldo en un nuevamente muy flojo Ramiro Funes Mori.
Por allí encontró Arsenal la llave para llegar repetidamente al área rival y señalar los tres tantos con los que se cerró el período inicial. Solamente el talento del «Pity» Martínez puso en riesgo la victoria parcial de los locales.
Pero en la segunda mitad las cosas cambiaron, porque River le «tiró» virtualmente «la camiseta» al equipo del Viaducto e intentó llevárselo por delante con más bríos que fútbol, apoyado en el fútbol sin apoyatura del ex-Huracán y la peligrosidad latente de Mora, ya que Fernando Cavenaghi fue un «alma en pena» dentro de la cancha, demostrando que la cinta de capitán solamente la tiene para atarlo a un buen tiempo que ya pasó.
Por eso el uruguayo se las arregló solo, ante la ausencia de Teófilo Gutiérrez, para desequilibrar por el costado derecho en el «segundo partido» que tuvo la noche de Sarandí, en el que el desarrollo pasó de ser dominado por Arsenal a ser controlado por River.
Y a fuerza de ir e ir, haciendo pesar su mayor jerarquía individual, el equipo de Núñez se quedó con un angustioso empate merced a dos goles de Mora que emparejaron lo realizado por Carrera en los 45 minutos iniciales.
La paridad dejó una marcada frustración en la parcialidad local, que se la tomó con el arquero Esteban Andrada, de floja prestación desde que llegó de Lanús pero esta noche no tuvo especial responsabilidad en los tantos visitantes.
Lo concreto fue que el empate le supo a derrota a Arsenal y a su técnico, Martín Palermo, quien como su ayudante Roberto Abbondanzieri, tienen sensaciones especiales cada vez que hay una camiseta de River enfrente.
Así Arsenal sigue sin ganar en el campeonato al cabo de cinco jornadas y River se mantuvo a tiro de los de arriba pese a que tuvo otra jornada sin los brillos del pasado inmediato. Claro que los «regalos» que le hizo la comisión directiva local a sus jugadores campeones sudamericanos sub 20 en Uruguay también se extendieron al partido, porque de lo contrario se habrían ido del Viaducto con una derrota.