No es un problema exclusivo de San Luis. Con la masificación y modernización de los celulares una nueva “moda” irrumpió en los transportes públicos de casi todo el país: pasajeros, en general, jóvenes, escuchando música a través de los parlantes de sus teléfonos con el volumen alto.
El tema molesta a muchos y basta con buscar en redes sociales y foros las quejas de los usuarios. Una de las primeras provincias en tomar medidas al respecto fue Mendoza, cuya secretaría de transporte impuso la obligatoriedad de los auriculares en el transporte público. Una disposición idéntica se tomó en San Juan.
En la Ciudad de Buenos Aires hay un proyecto del diputado del PRO Daniel Lipovetzky que incluye en la prohibición a los choferes. También hay una iniciativa parecida presentada en Neuquén.
Ahora la ciudad de San Luis se sumó a la lista. El Concejo Deliberante aprobó la iniciativa por unanimidad. La ordenanza, girada en las últimas horas al Ejecutivo para su promulgación, establece que «la reproducción de música por usuarios del transporte público urbano de pasajeros de la ciudad sólo se podrá materializar mediante el uso de auriculares previstos para uso personal».
La propuesta aprobada había sido presentada en septiembre por el concejal Francisco Guiñazú (Dignidad Republicana), que obliga a los usuarios a no producir ruidos molestos dentro del transporte público.
Asimismo, la norma llama al Ejecutivo a realizar una «intensa campaña de información y concientización del usuario, particularmente a través de carteles informativos ubicados dentro de las unidades de transporte público urbano de pasajeros».
Al respecto, se recuerda la campaña “Pequeños gestos, grandes personas” de la empresa Metrovías -que opera el subte en la Ciudad de Buenos Aires y la red de ferrocarril Urquiza-, en una de cuyas publicidades se agradecía a los pasajeros que usan auriculares, una forma de ejercer el derecho a escuchar música sin molestar al otro.