Con respecto a su funcionalidad, el puente persigue como objetivo principal permitir un tránsito vehicular y peatonal más fluido y seguro desde y hacia el barrio Salto, a partir de su límite con el barrio Vélez Sársfield. Además, facilitará el acceso a la escuela N° 41 San Martín, a la cual concurre un importante y creciente número de alumnos y docentes, muchos de los cuales proceden de barrios ubicados en la otra margen del arroyo, como el Retobo.
Otro punto muy importante a destacar es que este viaducto –una vez construido– permitirá una conexión directa con la ruta provincial 2, a través de la avenida Belgrano.
En el plano estructural, conforme a las características del barrio Salto, se tomó como factor de diseño que por el puente sólo estará permitido que circule tránsito liviano (puente categoría A-20 según reglamento de la Dirección Nacional de Vialidad).
La construcción, de hormigón, tendrá un largo de 25 metros y una calzada de 7 metros de ancho (dos manos de 3,50 metros cada una). A ambos lados se dispondrán sendas veredas de un metro de ancho para circulación peatonal. El plazo de ejecución de la obra es de 360 días corridos.