Viajar de Paraná a Santa Fe, o viceversa, sigue siendo una complicación y un gran inconveniente.
A pesar de que desde hace unos años se insiste en considerar a las dos capitales provinciales como una gran área metropolitana no se ha podido mejorar el transporte interurbano. Por razones de estudio o de trabajo, cientos de personas deben trasladarse todos los días desde una u otra orilla, en viajes de ida y vuelta. Las distancias no son muchas y desde fines de la década del 60, con el Túnel Subfluvial se solucionó el cruce del río en unos pocos minutos. Sin embargo, las complicaciones persisten para todos aquellos que son usuarios de colectivos.
Largas colas, frecuencias irregulares, recorridos que no se conocen con precisión hasta que el pasajero está arriba del coche son las quejas más frecuentes.
El año pasado representantes de las empresas, usuarios, defensores del Pueblo de Paraná y Santa Fe, la Universidad Nacional de Entre Ríos y la Universidad Nacional del Litoral tuvieron persistentes reuniones para la búsqueda de soluciones. Las intenciones fueron muy buenas pero en algunas cuestiones no pasaron de ser nada más que eso.
Algunos de los saldos positivos de los encuentros, que surgieron por interés de la Defensoría del Pueblo de Paraná y la Facultad de Ciencias de la Educación, fue que se mejoraron las frecuencias y la cantidad de coches, pero continuaron otras dificultades como las imprecisiones acerca del destino adonde se dirigen los coches o la falta de información certera sobre los horarios de salida.
Es que la Secretaría de Transporte, a instancias de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), autorizó a una de las dos empresas (Fluviales) a realizar recorridos por tramos. Es decir, de unir la Terminal de Santa Fe con la de Paraná pasó a concluir sus viajes en otros lugares. Por ejemplo, llegan hasta el barrio El Pozo o la Facultad de Ciencias Jurídicas, en Santa Fe.
Según expresó durante unos de los encuentros el defensor del Pueblo Adjunto de Paraná, Pablo Donadío, una combinación de mala información y falta de cartelería suficiente hacen que muchos de los pasajeros se suban al coche sin saber adónde se dirigen.
«En la Terminal se forman largas colas y los usuarios cuando llegan hasta el coche, después de un largo rato, se enteran hacia dónde va. Faltaría que se instale cartelería informativa», remarcó en esa oportunidad Donadío, según publica El Diario.
Este lunes el problema se acrecentó porque numerosos jóvenes universitarios retornaron desde sus localidades después de pasar del fin de semana largo.
En las terminales se formaron largas filas integradas por cientos de trabajadores y estudiantes, y para tomar un colectivo de las empresas Fluviales y Etacer