El dólar en el mercado paralelo cotizó en torno a los $7,12, escalando siete centavos con respecto al cierre del día anterior y superando el máximo de 7,07 pesos del jueves pasado.
Esto se produce por la mayor demanda de billetes debido a las vacaciones de verano de quienes no acceden al circuito oficial. Se sabe incluso que el sistema de la AFIP para validar la compra de dólares «baratos» es engorroso y que muchos que tienen autorización se encuentran con problemas para hacerse de sus billetes.
«El sistema se cae demasiado seguido y no levanta en el día», decían desde algunas casas de cambio. También está el hecho de que muchos no quieren ser controlados por la AFIP y deciden comprar en el mercado paralelo. Otros, también, no pueden justificar sus ingresos ya que están en la informalidad.
El dólar en el circuito formal quedó en $4,94 para la punta vendedora. El Banco Central quedó entre ventas y compras con un saldo neutro en la plaza cambiaria. Así, queda el saldo positivo de enero con compras por 8 millones de dólares para la autoridad monetaria.
Despertar del paralelo
La demanda de moneda extranjera adquirió un importante impulso en las primeras semanas de enero por las vacaciones, y desde ese momento el dólar «libre» se disparó casi 30 centavos. Esta suba de la demanda por las vacaciones ocurre en un mercado en que el Gobierno prohibió el ahorro en dólares el 5 de julio de 2012 y se suma a una mayor disponibilidad de pesos tras el pago del medio aguinaldo y salarios en diciembre que se volcaban al circuito informal.
En los balenarios de la región, el peso argentino se vende a más de 8 pesos por dólar. Esto se da principalmente en los destinos más elegidos por los argentinos fuera del país, como es el caso de Uruguay, Chile y Brasil.