El cura Juan Diego Escobar Gaviria –1958, Medellín, Colombia—fue apartado del clero paranaense mientras se tramita una investigación por un caso de abuso denunciado por dos religiosas de la congregación Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas, que dirigen el Colegio Castro Barros, de Lucas González, en perjuicio de un menor.
Ese colegio está pegado a la Parroquia San Lucas Evangelista, y el menor que habría sido abusado es alumno de esa institución, y a la vez cumplía funciones de monaguillo en el templo, a las órdenes de Escobar Gaviria. El alerta llegó la semana última al arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari de parte de las monjas. De modo inmediato, Puiggari les indicó que debían presentarse en la Justicia y efectuar la denuncia.
El jueves, Puiggari visitó Lucas González y aguardó a que Escobar Gaviria concluyera su misa diaria, y luego le anunció que debía abandonar la parroquia y que, además, quedaba apartado del ejercicio del sacerdocio por el tiempo que dure la investigación que se abrió en la Justicia.
Es el tercer miembro del clero de la diócesis de Paraná que queda envuelto en un escándalo así: antes, en septiembre de 2012, fue Justo José Ilarraz; y en el invierno de 2015, Marcelino Moya. Los tres permanecen suspendidos como sacerdotes.
Aquella vez. De acuerdo a lo que publicó el sitio Análisis Digital, las monjas del Colegio Castro Barros, que pertenecen a la congregación Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas, llevaron a la Justicia la denuncia por abuso de un alumno del Colegio Castro Barros, aunque habría un segundo caso.
Se trataría de dos nenes de 11 y 12 años, que, según la exposición judicial que recibió el defensor Oscar Eduardo Rossi, de los Tribunales de Nogoyá, eran encerrados para cometer sus abusos.
El defensor Rossi ya derivó las actuaciones a los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina, que ayer evitaron hacer declaraciones porque, argumentaron, la investigación está en su fase inicial y de momento no se ha recibido el testimonio del chico.
“Hasta ahora tenemos la presentación de las dos monjas. Y esperamos la denuncia de los padres”, dijo el fiscal Uriburu. A eso, se sumará el testimonio del menor en Cámara Gesell.
Curiosamente, Escobar Gaviria había sido un férreo defensor de otro cura con ccausas en la Justicia por abuso: Marcelino Moya.
Cuando se conoció la denuncia judicial contra el así llamado “cura payador”, por Moya, Escobar Gaviria bramó ante los medios y dijo que la Iglesia consideró que la Iglesia “está sufriendo una gran persecución. Quieren ensuciar a la Iglesia de cualquier forma”.
“De mi parte, me pongo en oración sobre todo por el padre Marcelino (Moya) y por las personas que hacen estos movimientos para desprestigiarnos. Lo conozco personalmente, es alguien que se entregó a su vocación, siempre comprometido en sus misas, en llevar la palabra de Dios de una forma que no todo el mundo lo puede hacer, debido a su carisma. Otras religiones sufren las mismas tentaciones que nosotros, pero llamativamente no son atacadas de esa forma, creo que quieren ensuciar a la Iglesia de cualquier forma, nos duele esta situación y nos ponemos en oración”, dijo, en declaraciones que formuló en julio de 2015 al periódico El Observador, de Crespo.
Ahora, claro, siente en carne propia una certeza: el pez siempre por la boca muere.
Bajo investigación. La ventilación del caso produjo un tembladeral en Lucas González y en buena parte de la feligresía católica que sigue a sol y a sombra al cura Juan Diego en sus extensísimas misas de sanación.
Este lunes, en las redes sociales y en el muro de Facebook del sacerdote se sucedían los mensajes de apoyo. Pero a la vez, Kevin R, hermano del menor que habría sido abusado por el sacerdote, también publicó una carta: “Como ya a estas alturas deberán estar sabiendo todos, porque en Lucas los chusmeríos corren rápido, paso a indicarles: sí, el cura de la iglesia de Lucas se fue, fue destituido de su cargo, pero ¿por qué? ¿Qué pudo haber pasado para que le pasara esto al pobre cura que todos aman y defienden y tanto creen en él???”.
Habla después de “las cosas enfermas que hacía ese viejo que todos aman, más bien diría yo ese viejo enfermo que todos aman y no saben lo que en verdad escondía; la Iglesia Católica oculta muchas de estas cosas y pinta de un mundo de rosas donde no lo hay”.
Enterada de la situación, la Iglesia ordenó la suspensión de Escobar Gaviria como sacerdote.
Lo que dijo la curia. El comunicado de la Curia es el siguiente:
“Ante las versiones que involucran a un sacerdote que cumple tareas pastorales en nuestra Arquidiócesis, en relación al trato con menores, este Arzobispado manifiesta:
1.- Apenas se conocieron dichas versiones, el pasado 27 de octubre, el Arzobispo dio indicaciones para que den inicio las investigaciones preliminares, según lo expresa el Código de Derecho Canónico en el canon nº 1717, reguladas por las normas de Gravioribus Delictis.
2.- Como medida cautelar, el sacerdote involucrado, fue separado en esa fecha de la atención pastoral de la comunidad y se le ha impedido el ejercicio público del ministerio, según lo determina el Derecho Canónico, hasta que el proceso investigatorio culmine.
3.- Expresamos nuestra cercanía y disposición para acompañar a todos aquellos que podrían sentirse afectados por esta dolorosa situación, quienes cuentan con nuestra disponibilidad de escucha, oración, comprensión y afecto.
4.-Manifestamos nuestra determinación de actuar con firmeza ante situaciones similares que puedan afectar la integridad física y moral de los fieles en general, pero especialmente de los menores.
5.- Con esperanza, pedimos al Dios misericordioso el logro de la verdad y la justicia, y la sanación de las heridas y dolores ocasionados.”