La comuna llamó a licitación para la construcción de drenajes, muros de protección, canales a cielo abierto y parquización de la barranca del Patito Sirirí. El presupuesto oficial para la obra es de 5.337.301 pesos y se calcula que estará lista en seis o siete meses a partir de su adjudicación.
De acuerdo con lo que se informó oficialmente, la obra forma parte del proyecto integral que pretende recuperar la relación de la ciudad con el río, y que implica, en una primera etapa, la construcción de la trama vial urbana pavimentada que integrará la costanera tradicional con el balneario Thompson; la canalización del arroyo Las Viejas entre el Thompson y Puerto Sánchez, que con el refulado de arena dará continuidad a la playa desde el arroyo Las Viejas hasta la dársena del Puerto Nuevo; la canalización de los desagües del parque que desembocan al medio del balneario municipal, por lo que se extenderá 150 metros más de playa en el corazón del Parque Urquiza; y también se abrirá el sector del puente sobre arroyo Las Viejas que va del Thompson al Náutico y al Túnel Subfluvial.
En ese marco, explicó que la Municipalidad destinó más de 5 millones de pesos para reconstruir la barranca de la zona del Patito Sirirí ya que “desde hace muchos años viene sufriendo deslizamientos por sus taludes totalmente inestables y, fundamentalmente, por la falta de un sistema subterráneo de drenajes”.
Cambios. La apertura de sobres con las ofertas se hará, si todo va según lo esperado, el día 23 de octubre. A partir de allí, se estima que en 20 días se estaría iniciando la obra de perfilado de la barranca y construcción de drenajes.
Se trata de una barranca que se identificó como “en riesgo” de derrumbe ya en el año 2008, cuando se empezó a barajar la posibilidad de trasladar el avión Canberra que está frente al parque infantil y dominando un paisaje increíble de islas y río. Entre ese anuncio y el presente se evaluó varias veces el destino del avión pero finalmente no sucedió nada. Ahora, la comuna anunció que finalmente el avión se quitará del lugar en el que está, y se lo llevará posiblemente al Parque Nuevo. Asimismo, también se sacará de allí al mismísimo Patito Sirirí, que se arreglará tras el acto de vandalismo que sufrió y se lo colocará en el parque infantil que lleva su nombre.
“Vamos a retirar tanto el avión como el Patito para relocalizarlos en un sitio consensuado con la comunidad. Al Patito posiblemente se lo coloque enfrente de donde está, en el lugar de juegos infantiles. En cuanto al avión, se buscará un consenso con los interesados, con la Base Aérea y los ex combatientes. Estamos pensando en trasladarlo al sector del Nuevo Parque”, adelantó el arquitecto Guillermo Federik en diálogo con EL DIARIO. Explicó que por su estructura no puede seguir sobre la barranca, “por cuestiones de estabilidad: corre riesgo por el socavón en la base de la barranca”, señaló.
Historia. El Canberra del Patito tiene su historia. Emplazado a fines de los 90 en homenaje a los caídos en Malvinas, con gran resistencia de una parte de la población, pasó a formar parte de la representación colectiva que la ciudad tiene de ese lugar, junto con el pato y el singular Robot del parque.
En 2008 empezaron a sonar las alarmas tras una lluvia por la erosión de la barranca en cuya cúspide está emplazado, sobre pilotes de cemento, el avión. Por las dudas, el gobierno de José Carlos Halle decidió aclarar que las razones de reubicación eran de tipo “geológicas y no ideológicas”. “Cuando asumimos ya existía un expediente administrativo que advertía sobre las dificultades en el emplazamiento del Canberra en la barranca aledaña al parque Patito Sirirí”, habían afirmado funcionarios de la anterior gestión comunal. Seguidamente, se detalló que las deficiencias se producían por el peso de la nave y el movimiento natural de la barranca. “Los informes tienen el suficiente sustento profesional. Nosotros corroboramos que los datos sean reales y al tener una seguridad que corren riesgos la barranca y el avión hemos mantenido contacto con las autoridades de la Fuerza Aérea para modificar el emplazamiento”, se dijo hace ya cuatro años. El destino iba a ser la Base Aérea, sobre calle Jorge Newbery, y para febrero de 2008 se anunciaba el comienzo de los trabajos de desmontaje.
Pero la resolución cosechó objeciones de algunas organizaciones de ex combatientes de Malvinas, pues consideraban que el avión debía permanecer en un espacio público con circulación de gente. Sugerían cambiarlo de lugar en el mismo Parque Urquiza. Esa posición habría motivado la tardanza en las definiciones, se entendió en aquel momento.
El tiempo pasó y en diciembre de 2008 se informó que el avión iba a ir a parar a la Vecinal Antonini, pero hoy, en septiembre de 2012, el Canberra sigue allí, frente a la plaza y con el río al fondo.
El avión continúa donde se emplazó hace casi 20 años. Ahora las autoridades municipales han considerado la necesidad de reconstruir esa barranca, muy erosionada por el agua de lluvia y también de napas. Se estima que antes de fin de año se estarían iniciando los trabajos.
En Antonini esperaron durante años al avión
La vecinal Antonini, situada entre calle Arenales, Alvarado, el Paracao, Av. de las Américas, Yancovich y Caraffa, tiene calles con nombre de caídos en Malvinas. Así, el salón vecinal, por ejemplo, está en calles Cabo Monzón y Soldado Mosto, Teniente Dacharry, Sargento García, etcétera, y su plaza se llama Héroes de Malvinas. Ese carácter del barrio indicó a las autoridades de anterior gestión comunal que quizá un lugar adecuado para trasladar el Canberra del Patito Sirirí sería la plaza de la vecinal Antonini. A fines de 2008, el ex secretario de Planificación e Infraestructura, Tomás Arias, anunciaba, en un acto de inauguración de luminarias en barrio Antonini, que se había decidido trasladar el avión a la plaza Héroes de Malvinas. La concreción de la tarea se planificaba “en el corto plazo”, consignaba el parte oficial. Se precisó luego que el Canberra llegaría en marzo de 2009. Se detalló en aquel tiempo que el emplazamiento de la máquina estará acompañado por dos monolitos con los nombres de los caídos y sobre mampostería, se delinearán las islas Malvinas y el Crucero General Belgrano.
Después no se habló más de este proyecto. La última noticia tiene que ver con que se habría pedido otro avión –entre los que quedan como chatarra de la guerra– para poner en la plaza Héroes de Malvinas de vecinal Antonini. El Canberra quedó desde aquel entonces en el Patito pero ahora la gestión de Blanca Osuna anunció que se lo trasladará definitivamente a otro lugar cuando se inicien las obras de reconstrucción de la barranca, para la cual se llamó a licitación la semana pasada.
Proyecto de estabilización de la barranca
El proyecto “está planteado con dos grandes ítems: movimiento de tierra y drenaje, complementados por pequeños muros de protección y canales a cielo abierto; y, por otro lado, la parquización”, informó el secretario de Planeamiento, Infraestructura y Servicios, Guillermo Federik.
Además, aclaró que “el criterio adoptado es de no remover grandes cantidades de suelo; sino que se realizarán las excavaciones que demanden los drenajes y donde el proyecto urbanístico lo requiera”. En ese sentido, dijo que “en algunos sectores se hará el reperfilado del talud natural y se rellenarán zonas deprimidas: en la parte central se modificará el pie y en los sectores intermedio y la cabeza del talud se mejorará la estabilidad y se colocarán terrazas que, eventualmente, podrán servir para apreciar espectáculos que se desarrollen en la rotonda frente a la barranca”.
El arquitecto agregó que se proyectó también un muro de sostenimiento a mitad de ladera “para dar lugar a un balcón intermedio y otro ubicado en la bajada de San Martín y Laurencena, y se construirán nuevos miradores que permitirán recuperar el interés de la gente de descubrir el paisaje desde una perspectiva peatonal”.
La obra tiene un presupuesto de 5,3 millones de pesos.
AL MARGEN
Sobre el avión. Se trata de una nave de origen inglés que tuvo participación en la Guerra de Malvinas. Fue colocado en esa área del Parque Urquiza como un homenaje a los caídos y ex combatientes del conflicto bélico de 1982. Cuando se anunció su instalación, algunos sectores de la sociedad se opusieron por considerar inadecuado que una máquina bélica esté en un parque infantil.