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Turismo: agencias complicadas por «cepo» cambiario

Los restricciones al mercado cambiario que dispuso el Gobierno el lunes pasado está complicando las operatorias de las agencias de turismo.Esto se debe a que el tope de compra de u$s10.000 es exiguo para estas empresas, que reciben importantes cantidades de pesos que deben girar al exterior, en dólares, para cancelar deudas con operadores internacionales.

Con las nuevas reglas de juego, los empresarios turísticos enfrentan dos problemas: las limitaciones cambiarias y mayores trámites para hacerse de divisas. “Hasta el viernes pasado (antes de las últimas medidas) las transferencias eran inmediatas y sin ningún paso intermedio. Ahora, los bancos nos exigen otro tipo de documentación que entorpece la actividad y demora más. Se tardan 48 horas como mínimo para realizar una operación”, señalaron en una agencia. Así lo confirmó Gustavo Hani, presidente de la Federación Argentina de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVyT), quien explicó que están reclamando a las autoridades del Banco Central algún tipo de solución.

De todas maneras, el mayor inconveniente se encuentra en la forma de cancelar las deudas con los mayoristas. Hasta la semana pasada, las agencias adquirían dólares en la medida en que iban recibiendo pesos de parte de los clientes. Cuando llegaba el momento de transferir el dinero para pagar a los operadores extranjeros, no había ninguna traba y tampoco corrían ningún riesgo cambiario. En muchos casos esos pagos podían hacerse hasta cuatro meses después, dependiendo del sistema convenido con el operador. Sin embargo, ahora, al no poder comprar más de u$s10.000 mensuales, las agencias deben depositar los pesos en el banco y la entidad es la encargada de convertirlos en dólares y enviarlos al destinatario. Esa es una forma de descartar que los dólares que requiere la agencia local puedan ser en concepto de atesoramiento. El problema es que, con la inestabilidad cambiaria, al tener que trabajar en pesos, no pueden acumular dinero en moneda local porque, si no paga de inmediato, puede alterarse la relación cambiaria y salir perdiendo plata. Esto los obliga a realizar las transferencias, a medida que reciben los pesos, aunque sean montos chicos. Esto encarece las operaciones porque cada transferencia tiene un cargo fijo (ronda los u$s30), sin importar el monto, y uno variable, en relación según el volumen de lo transferido.

Lo mismo sucede en sentido inverso. Los operadores locales, que venden turismo receptivo, reciben señas en dólares que deben convertir en pesos en cinco días pero que ellos deben cancelar el pago semanas después. Esa venta de tiempo es un riesgo a los vaivenes cambiarios que ahora tienen los empresarios y que, hasta el lunes, no existía.