Cuando terminó el show, en el instante que se dio fin a la música, a los artilugios que rodearon a la velada; cuando las presentaciones fueron historia, cuando sacaron hasta los banquitos ya no hubo más tiempo que para lo esencial. Y en lo que cuenta, Sergio “Maravilla” Martínez logró mantener el cetro en su poder, pero la pasó mal y por momentos muy mal. El costo de mantener la corona de los medianos del Consejo Mundial de Boxeo ante el inglés Martín Murray fue alto para el hombre de Quilmes. Alto por los rastros en sus dos pómulos. Alto por la imagen deslucida que terminó entregando. Los jueces, en un fallo que se podría considerar como excesivamente localista, lo vieron ganador en forma unánime por 112 puntos a 115. Y eso que el campeón terminó tirado en la lona en el octavo round, eso que durante la segunda parte del combate se mostró menos firme que un adversario que con cada golpe hacía sentir su potencia por más que no le sobraron argumentos técnicos como para cerrar una presentación que le permitiera reclamar con más argumentos el cetro de los medianos.
