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Una familia encontró $10 mil dentro de unas botas y la recompensaron con $100

«Nosotros tenemos necesidades, pero eso no era nuestro y lo devolvimos. Somos humildes, pero trabajadores, y sabemos lo que es ganarse la plata trabajando. Vino, se fue y listo». Así resumió Claudia Lugea, de 51 años, la historia del dinero que llegó a su domicilio por error, y que fue devuelto a sus verdaderos dueños.

 

Claudia y Oscar Torres, de 59, trabajan como empleados de una finca en General Alvear y viven en una precaria vivienda en un terreno que les donó su empleador. Allí pasan sus días junto conMarcos, su hijo de 31 años, quien está postrado en una silla de ruedas producto de una parálisis cerebral. Mientras tanto, aclaran que continúan luchando por conseguir un crédito del Instituto Provincial de la Vivienda para poder construir.

 

Esa mañana, a través de otro de sus hijos que ya no vive en el hogar familiar, les llegaron unos bolsones con ropa producto de donaciones. Entre las diferentes prendas, les llamaron la atención unas botas blancas: «Me las quise medir. Tomé la bota derecha y cuando traté de meter el pie no entraba, tenía una cosa dura adentro. Llamé a mi marido, y cuando lo sacó, era algo duro y estaba envuelto en ropa interior negra. Pensé que era un jabón para perfumar y le dije que lo dejara por ahí”, relató la mujer a DiarioUno.

Oscar, al desenvolver el paquete, se sorprendió al encontrar un fajo con una gran cantidad de billetes de $100, que sumaban más de $10.000, según destacaron. Rápidamente, se comunicaron con su hijo para que intente determinar el origen de ese bolsón de ropa y poder devolver a sus dueños el dinero.

 

«Era un fajo de guita impresionante, y cuando lo vi me asusté», continuó su relato Clarisa, quien gracias a las preguntas a su hijo y allegados, confirmaron que la dueña del dinero era una mujer mayor de edad ya fallecida y sus familiares ya habían perdido toda esperanza de encontrarlo.

 

Finalmente, su nuera «vino con un señor muy desagradable. Nos dijo que muchas gracias y nos dieron 100 pesos«. «Decí que llegó acá, porque si iba a parar a otro lado vaya a saber si la devuelven», cerró.