Desde hace una década la demanda de ingenieros es grande y supera la oferta de profesionales de esas disciplinas, que salen de las universidades. Y son profesionales requeridos no sólo a nivel nacional sino en todo el mundo. Es una realidad que muchos de los egresados de estas carreras se encuentran trabajando en empresas de Estados Unidos, Italia, Canadá o España, como es el caso de los que se reciben en la UTN Regional Paraná, pero también en otras unidades académicas que brindan estas ofertas. También es cierto que las empresas, ante la falta de ingenieros, piden estudiantes avanzados de tales carreras para cubrir distintos puestos y de este modo, son varios los que por razones laborales terminan abandonando sus estudios universitarios.
A partir de este panorama la Universidad Tecnológica Nacional -en consonancia con las políticas nacionales de educación superior- se alineó en la voluntad de reforzar e incentivar la elección de este tipo de carreras consideradas “prioritarias” para el desarrollo nacional.
Así es que desde 2006, con el sentido de engrosar el número de profesionales, la UTN Paraná puso en marcha un programa que apunta a recuperar a esos estudiantes que por diversas razones abandonaron la carrera y ofrecerles nuevas posibilidades para que actualicen conocimientos, puedan retomar las clases y de este modo, graduarse.
La propuesta, según informó la secretaria académica de la UTN Regional Paraná, María Itatí Gandulfo, consiste en convocar a “aquellos estudiantes a los que les faltan pocas materias para recibirse, invitarlos a acercarse a la facultad y hacer un seguimiento personalizado para que culminen y se reciban de ingenieros”.
OPORTUNIDAD. Con estas nuevas posibilidades, unos 20 estudiantes volvieron a las aulas y lograron recibirse. “Había personas que habían abandonado hace 10 o 15 años la universidad y ya se recibieron con este programa. Unos por cuestiones personales, se casan y tienen familia y otros que en los últimos años trabajan y eso les absorbe tiempo y pierden el ritmo de estudio y dejan la Facultad”, explicó Gandulfo.
Todos los días reciben notas solicitando esta oportunidad de la reinserción a la vida universitaria. Eso contó la secretaria académica al tiempo que especificó que los responsables de cada una de las carreras que se estudian en esta unidad académica son los encargados de estudiar cada caso en particular porque son estudiantes de diferentes planes de estudio. “Cuando tienen cursado hasta segundo año les hacemos cursar el plan vigente, ahora cuando le restan unas 10 materias, les permitimos que culminen con su plan, con equivalencias de asignaturas entre uno y otro plan. Es un trabajo arduo en el que cada departamento estudia la situación en particular de cada alumno que intenta regresar y recibirse. En ese trayecto, se analiza cómo actualizar sus conocimientos ya que no porque se reinserten vamos a disminuir la calidad, eso lo tenemos claro. No podemos engañar a la sociedad que paga el estudio de estos chicos. Lo que hacemos es acompañarlos más en esta etapa de vuelta al estudio”, aclaró la docente.
No obstante, se flexibilizan las normas. “Las materias tienen vencimiento y lo que estas personas estudiaron tal vez hace 15 años no es lo mismo que se usa o aplica hoy, especialmente el contenido de las últimas asignaturas de las ingenierías. Les damos posibilidades para poder recursar mejor las materias y sobre todo actualizar conocimientos porque la tecnología avanza mucho y va cambiando”, agregó Gandulfo.
Los profesores permiten volver a cursar materias, piden trabajos extra-áulicos y si son alumnos del interior de la provincia, les ofrecen asistir a clases cada 15 días.
Todo ello porque hay un fuerte requerimiento de ingenieros. Por la misma razón, todas las universidades en las que dictan ingenierías, reactivaron sus planes de articulación con escuelas secundarias para alentar la elección de este tipo de carreras y descorrer el mito acerca de lo “difíciles que son, o que son solo para varones”, dijo la secretaria académica.
Incentivo. Desde hace un par de años existe el Programa de Becas Bicentenario que acerca una ayuda a alumnos de bajos recursos que ingresen al Sistema de Educación Superior en la rama de las carreras vinculadas a las ciencias aplicadas, ciencias naturales, ciencias exactas y ciencias básicas (sean carreras de grado, tecnicaturas universitarias y no universitarias o bien profesorados terciarios), como así también a aquellos alumnos avanzados que estén cursando los últimos dos años de las carreras de ingeniería y adeuden entre 3 y 10 materias para finalizar sus estudios.
Los interesados en contar con más información pueden consultar el sitiohttp://www.becasbicentenario.gov.ar
Oferta académica. En la Facultad Regional Paraná de la UTN se puede cursar Ingeniería Electrónica, Electromecánica y Civil, además de las tecnicaturas en Industrias alimentarias, en Programación, en Sistemas informáticos, en Equipos viales, mineros y agrícolas, lic. en Higiene y seguridad industrial.
Entre medio del
estudio, la vida
Graciela Vera y Fabio Sieber son unos de los tantos que volvieron a la universidad para recibirse de Ingenieros en Electrónica. En 1996 habían terminado de cursar la carrera, sólo le restaba rendir 10 materias para alcanzar su título. “En el ‘97 decidimos casarnos, el proyecto era estudiar juntos, organizarnos con los horarios y recibirnos en un plazo no muy largo pero empezamos a agrandar la familia, y además los dos estábamos trabajando así que esas materias demoramos 10 años en rendirlas y el lapso entre rendir una y otra asignatura era cada vez más grande. Entre el 98 y el 2011 tuvimos seis hijos y las últimas dos materias eran las más importantes y amplias. Se nos hacía imposible sentarnos a estudiar solos. Ahí fue que se nos presentó la alternativa del plan de reinserción para graduarnos. Nos quedaba Electrónica de Potencia más el proyecto final.
En 2009 nos incorporamos a esta propuesta, terminamos de rendir ese año y en 2010 tuvimos a nuestra última hija, Manuela, y me recibí en 2011. Mi esposo terminó la carrera en 2012”, narró la profesional.
En la actualidad, a partir del título conquistado, el horizonte laboral cambió. “Mi esposo trabaja en una empresa de telecomunicaciones y como saben que se recibió, lo mandaron a hacer unos cursos de perfeccionamiento para medición de antenas y le pidieron que se matricule como ingeniero para firmar los peritajes en esa rama. Yo me dediqué a la docencia en la Tecnológica y también doy clases en escuelas secundarias”, confió Vera. “Como dice mi marido, lo nuestro no fue una carrera de ingeniería sino un trote de ingeniería”, remató la mujer.
Fuente: El Diario.