Desde el Castillo San Carlos, acompañado por el intendente Gustavo Bordet, el gobernador resaltó que “la obra que es el símbolo, un lugar mítico para esta localidad, que es el Castillo de San Carlos que estaba destruido y reconstruimos con los recursos provenientes de las regalías, de la venta de energía que produce la represa de Salto Grande”.
Apuntó que “aquí abajo, sobre el río Uruguay, se dieron dos hechos que la historia evoca y recordará. En el Ríos Uruguay, en el paso, en el salto, en las piedras cruzó Artigas allá en el 1811 en aquel hecho llamado `La Redota´. Cuando vació Montevideo de su población y se vino aquí. Estuvo meses caminando, atravesó el río y 16.000 uruguayos y estuvieron 9 meses de un año, aquí en las orillas del Ayuí”.
El mandatario resaltó que “cuánta actualidad e importancia tiene hablar de aquel primer caudillo del Río de La Plata, Artigas, quien pretendió hacer de esta región la Patria Grande que luego soñaron San Martín y otros tantos”.
Recordó que en este castillo que “hoy inauguramos que es un lugar bellísimo que es el orgullo de los concordienses, estuvo Saint-Exupéry, aquel que escribiera uno de los libros más leídos en el mundo, El principito. Aquí escribió además un capítulo de otro de sus libros, Tierra de hombres”.
Subrayó: “Por todo esto y por estas historias es que nos sentimos muy felices, que hace a esta política del federalismo de los recursos que practica nuestra Presidenta, y no el federalismo de los discursos con el cual se desempeñaban otros presidentes hasta el 2003”.
Destapar el pasado
El vicepresidente Boudou se dirigió al gobernador y aseguró: “estos que vos estás haciendo, no sólo de preocuparte del presente, sino también por destapar ese pasado que fue ocultado muchas veces a los argentinos. Es uno de los legados que deja la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que es mostrarnos a los argentinos que hay una historia que nos llena de orgullo, que muchas veces estuvo oculta, pero que en esta etapa histórica de transformación también sale a la luz”.
Por su parte, el intendente Bordet recordó que las ruinas es una construcción de 1888, que fue hecha por un ciudadano francés que supo también del paso de Antoine Saint-Exupéry y que fue saqueado en 1938 y después de 75 años de estar en estado ruinoso hoy vuelve a estar con todo su esplendor y a incorporarse al Patrimonio arquitectónico y cultural de todos los concordienses.
“Es un motivo de enorme alegría. Concordia es una ciudad que ofrece innumerables atractivos turísticos, desde playas, lagos y deportes náuticos, pesca y también este complejo arquitectónico que forma parte de un parque de 90 hectáreas que da hacia el río Uruguay”, subrayó Bordet.
De la inauguración también participaron los miembros del Colegio de Arquitectos. Su inauguración oficial está prevista para el sábado 12 de octubre, en el marco de un espectáculo público que tendrá como figura central al bailarín clásico argentino de trascendencia internacional Iñaki Urlezaga.
Consulta popular
La obra de “Consolidación y Puesta en Valor de las Ruinas del Castillo San Carlos” es un hito histórico para la ciudad de Concordia, concretado por la Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande (Cafesg).
Esta obra tiene un profundo anclaje en el acervo cultural concordiense y representa la culminación de un proceso que nació a fines de los ‘90, cuando se realizó una consulta popular para conocer el destino que los vecinos de la ciudad le querían dar al Castillo. Las alternativas eran dos: restauración o puesta en valor de sus ruinas. Votaron más de 6.000 personas y la mayoría, por amplio margen, se inclinó por la segunda opción.
Los años fueron pasando y finalmente en 2011 –fruto de una firme decisión política del gobernador Sergio Urribarri– la obra comenzó a cristalizarse a través de Cafesg, con participación clave del Colegio de Arquitectos en el proceso de llamado a concurso de proyectos, y acompañamiento del municipio local.
En el concurso original de proyectos se cotejaron propuestas y trabajos de diferentes estudios de arquitectura del país. Finalmente resultó ganadora la iniciativa de un grupo de arquitectos concordienses. Esa propuesta se plasmó en un proyecto ejecutivo de obra que hoy está prácticamente terminado y que ha transformado al Castillo San Carlos en un Centro de Representación Histórica con un criterio de atracción turística.
Preservación de lo construido
El Castillo San Carlos es un ícono cultural y arquitectónico que forma parte del patrimonio histórico de la Capital del Citrus. En función de ello, el propósito de la intervención fue recuperar la memoria y preservar lo construido, consolidando estructuralmente el centenario palacio (fue levantado entre 1886 y 1888) sin generar elementos extraños a esa idea.
A partir de esta obra de Cafesg –en la que se invirtieron 4,3 millones de pesos– se generó un sistema de recorridos, de manera tal que el visitante tendrá ahora un itinerario pautado previamente. Ya no se podrá circular libremente por cualquier lugar como sucedía antes del comienzo de los trabajos, lo cual comprobadamente contribuyó al deterioro de la estructura del Castillo, construido a fines del siglo XIX.
Las pasarelas estáticas de metal que conforman estos recorridos tienen la característica de ser reversibles, es decir que si se decidiera retirarlas no habría inconveniente alguno, pues no existen bases de hormigón ni nada que obligue a hacer ningún tipo de demolición.
El proyecto incluyó además una limitación de los accesos al Castillo con paños vidriados, con el fin de generar el menor impacto visual posible.
Un párrafo aparte merece la reconstrucción del piso en damero del patio de la entrada principal, tal como fue construido hace más de 125 años.
Detalles de la puesta en valor del Castillo San Carlos
El propósito de esta intervención es el de recuperar la memoria preservando lo construido, lo cual sólo tiene sentido si el sitio puede ser recorrido por el visitante, vecino de la ciudad o turista, incorporando a este último como el destinatario del resultado final de este proceso.
El Palacio posee dos niveles: planta de accesos (o planta alta) y planta semienterrada (o planta baja). Conceptualmente el criterio de intervención utilizado es el de acompañar esa estratificación y ofrecer al visitante tres recorridos partiendo de criterios simples y posibles.
La planta a nivel de acceso –que iniciará el paseo– tendrá un desarrollo de pasarelas que la recorrerá por completo. En este nivel se encuentra el patio delantero y la terraza al río. Desde esta planta, aprovechando su carácter superior, se podrá observar la totalidad de la planta semienterrada, sin necesidad de bajar hacia ella.
La planta semienterrada se compone de dos alas laterales sin conexión física entre sí. Cada una de ellas tendrá su propio acceso y recorrido por pasarelas de similares características.
Estos tres sistemas de recorridos podrán funcionar individualmente (se habilitarán parcialmente por etapas de construcción) y podrán vincularse en un recorrido total e integrado verticalmente por las escaleras internas.
Un Centro de Interpretación –que ocupará el lugar conocido como las caballerizas– será la conexión de usos entre los dos niveles, siendo accesible a todas las personas sin importar sus capacidades de movilidad. Aquí se recibirá al visitante como paso previo al inicio del recorrido por cualquiera de las opciones habilitadas, siendo el sitio donde estarán exhibidos los resultados de la Investigación Histórica del Palacio y su época.
La historia del castillo
En el año 1886, llega a la Villa de la Concordia, un noble francés, acompañado por una bella actriz, el Conde Eduardo De Machy, hijo del banquero Carlos De Machy. Luego de montar la fábrica de conservas y por una incidencia que se planteó con las autoridades con respecto a los desperdicios de su fábrica, el Conde busca un paraje al que llamó San Carlos, donde en el año 1888 hizo construir el Palacio que le serviría de alojamiento, empleando materiales de la región. Al mismo tiempo levantaba su nueva fábrica de conservas, como así también una de hielo (la primera en la Argentina).
Poseía un taller de herrería artística, donde se modelaron y construyeron los elementos de hierro y enrejado de estilo gótico que aún se pueden apreciar en el palacio. En 1891, desaparece el Conde De Machy con su dama. Nunca más se supo de él. Los señores R. Coulón y Cía. se hacen cargo de la existencia de San Carlos hasta que en 1893 deciden regresar a Francia. En 1916 contrabandistas sustrajeron todas las máquinas del lugar. En 1926 una familia de Concordia fue a vivir allí: los Fuchs Valon con sus tres hijos, dos mujeres y un varón.
La construcción de ésta casona de campo era de estilo señorial. Las iniciales de su propietario y la fecha de construcción se leen en el portón de acceso al patio posterior. Cuenta con dos plantas y un subsuelo, siendo la parte superior la que ocupara la familia como vivienda y la inferior sobre la derecha estaba destinada a las habitaciones de servicio. Sobre la izquierda está ubicada la biblioteca y la sala de conferencia. El ingreso posterior presenta un puente, y debajo del mismo se hallaban las caballerizas y el taller de herrería artística. En el subsuelo está la caldera, y en el mismo lugar se observa la entrada a los túneles de salida de emergencia hacia la costa del río Uruguay. En septiembre de 1938 fue incendiado y se convirtió en lo que es hoy, Las Ruinas del Castillo de San Carlos.