En el marco del plan de pavimentación de accesos a localidades entrerrianas impulsada por la gestión del gobernador Sergio Urribarri, esta semana comenzaron los trabajos de pavimentación del acceso a Pueblo Liebig, ingresando desde San José, en el departamento Colón.
La obra cuenta con un presupuesto que supera los 45 millones de pesos, tiene un plazo de ejecución de 26 meses y cuenta con una extensión de 5,3 km. Vincula a Pueblo Liebig con San José.
Marta Russo, que trabaja en el Hogar para Discapacitados Adultos, y todos los días debe trasladarse hasta ese lugar, destacó el inicio de los trabajos y recordó que hace más de 20 años que se espera el pavimento. “Es muy importante para alentar el turismo hacia Liebig que tiene lugares maravillosos en su balneario y también en la zona de Las Cañitas”.
En tanto, Claudio, docente del lugar antes mencionado, indicó que “que la obra redundará en beneficio para toda la zona. Es una zona industrial en pleno desarrollo al igual que el turismo. Estamos ante el inicio de un sueño hecho realidad”.
Otra vecina, señaló que “hace muchos años que esperábamos los trabajos porque cuando llueve, el agua cruza de lado a lado, después la broza nos ocasiona innumerables inconvenientes. El tránsito en esta parte es muy intenso en esta zona y el turismo atrae a mucha gente. Ahora, nos sentimos muy contentos”, destacó, para enseguida recordar que esa obra había sido prometida por muchas gestiones. “Por acá nos comunicamos a Liebig, a San José, Colón. Así que ahora con la pavimentación mejorará la comunicación con esos y otros centros urbanos”.
Por último, José Almada, propietario de un emprendimiento metalúrgico, y que vive desde los 8 años en el barrio San Bernardo, donde se ejecuta la obra, dijo que “se siente muy contento por el inicio de los trabajos ya que mejorará la calidad de vida y beneficiará a todos por igual”. Recordó que él era uno de los más críticos hacia la gestión del Gobernador Urribarri por la demora del inicio. “Fue una obra siempre esperada, siempre la prometieron. He sido uno de los críticos del Gobernador, pero hoy debo decir gracias Pato porque cuando uno ve que los impuestos que pagamos vuelven en obra nos sentimos muy conformes. No pertenezco a ningún partido político, soy independiente y estamos muy agradecidos”.
Historia de Liebig
La historia de lo que hoy conocemos como Pueblo Liebig se remonta al último cuarto del siglo XIX, poco después de que el Gral. Urquiza fundara Villa Colón, actual ciudad cabecera del departamento. Un pequeño saladero, propiedad del Sr. Apolinario Benítez, originaba por entonces a su alrededor un poblado precario que se convertiría en precursor de la localidad. Sin embargo, el verdadero impulso al asentamiento tardaría hasta los años póstumos del siglo, cuando -a raíz de un descubrimiento que revolucionaría el mercado cárnico- capitales ingleses llegaran hasta este rincón entrerriano para fundar la Liebig’s Extract of Meat Company Limited.
En 1903, el saladero O’ Connor sería comprado a la Sociedad Argentina de Carnes cambiándose su nombre por el de “Fábrica Colón”, e iniciándose allí la producción de extracto de carne y corned beef. Hacia 1910 la expansión del frigorífico se describiría como impresionante, con una posesión de 44.000 hectáreas en Entre Ríos, Corrientes y Misiones. En los medios porteños se referirían al emprendimiento como la “Cocina más grande del mundo”, considerando que en dicha época y hasta la década del ’50, se faenaban 1.500 animales diarios, en fajinas que duraban seis meses por año; y la ocupación alcanzaba a 3.500 obreros en turnos diurnos y nocturnos.
El momento de mayor auge comercial y económico para la empresa se daría en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, debido a la gran demanda de alimentos existente en los países centrales, y a la producción local de carne en conserva que se embarcaba a Gran Bretaña directamente desde el puerto instalado sobre el Río Uruguay. Pero acabado el conflicto bélico, las modificaciones de la legislación de la Unión Europea, los cambios tecnológicos y los nuevos gustos del mercado impulsarían la decadencia del producto.
En 1970 la fábrica cerraría por un año, abriendo nuevamente bajo la firma Fricosa. Finalmente sería vendida a la firma Vizental, que alimentaría a 2.500 familias, luego a menos de 100, hasta que sus importantes instalaciones acabaran desmanteladas y vendidas. Liebig, estructurada desde sus orígenes en torno al frigorífico, pasaría a depender de su atractivo como producto turístico, erigiéndose incluso frente a la plaza un monumento a la lata de corned beef como símbolo del pueblo.