Se trata de la empresa de servicios y perforación más grande del mundo, donde se desempeñó hasta que renunció el 16 de abril último, con apenas 44 años.
El 4 de marzo, por mail del gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, la presidente Cristina Kirchner fue informada de la capacidad de este ingeniero en petróleo para encarar la reconstrucción de la capacidad exploratoria y productiva de la nueva YPF.
Paradójicamente, el ingeniero empezó su carrera en la YPF privatizada por el menemismo de la mano de José «Pepe» Estenssoro.
A mediados de los 90, Gallucio decidió abandonar sus tareas en la filial de la petrolera en Denver para viajar a los yacimientos santacruceños de Las Heras, porque consideraba que a su carrera le faltaba «experiencia en pozo».
Renunció a YPF cuando en 1999 pasó a manos de Repsol por «diferencias de gestión» con la compañía ibérica.
Galuccio es experto en la localización y perforación de hidrocarburos no tradicionales (como lo son el shale gas y el shale oil de Vaca Muerta). Además, por su paso en Schlumberger, tiene buena relación con Petrobras.
«Miguel parece a una opción buena para conducir el nuevo YPF», dijo a la agencia internacional de noticias AP Stephen Ellis, analista financiero de Morningstar, que sigue las cotizaciones de Schlumberger.
«Miguel es una opción razonable para el papel», ya que su unidad en la compañía norteamericana funcionó de forma «bastante similar al desarrollo de una compañía de petróleo y gas regular».
La experiencia de Galuccio está en «upstream», el lado de los negocios en el sector energético. Schlumberger maneja el proceso entero de extraer la energía para compañías petroleras públicas en el mundo entero, y toma un pequeño porcentaje del valor de cada barril vendido, pero no reclama las reservas.
En otras palabras, «su especialidad es extraer la mayor parte de petróleo y el gas posible de pozos difíciles, con el costo mínimo, pero deja que sean los clientes los que determinen el destino del producto», resumió Ellis.