La CGT que lidera el metalúrgico Antonio Caló empezó a discutir con la Casa Rosada una iniciativa por la cual los gremialistas pretenden que las obras sociales sindicales dejen de atender a los monotributistas, al personal doméstico y a los monotributistas sociales. De aprobarse esta propuesta, 5 millones de trabajadores y sus familias se quedarían sin su actual cobertura médica, publica Clarín.
El sistema de obras sociales sindicales atiende en total a 16 millones de personas. Lo que pretenden los gremialistas de la CGT Balcarce es seguir dándole cobertura sólo a los 11 millones de trabajadores que hacen los mayores aportes.
El problema de fondo, argumentan los sindicalistas, es el desfinanciamiento del sistema. Por un trabajador en relación de dependencia, una obra social recibe de aporte un 9% de su salario (3% del propio trabajador y otro 6% de su empleador). En el caso de la obra social del Sindicato de Comercio, la de mayor cantidad de afiliados del país, por cada trabajador recibe de aporte en promedio $ 450.
Pero lo que esa misma obra social, y todo el resto, reciben por monotributistas y empleadas domésticas es mucho menos. El aporte que reciben por el personal doméstico es de $ 60; por monotributistas sociales (es la cobertura para los trabajadores de planes sociales) cobran $93 por mes. Y por los monotributistas otros $93, independientemente del valor de sus ingresos.
Las obras sociales sindicales administran alrededor de 40.000 millones de pesos, según los últimos datos oficiales.
Para no seguir aumentando el desfinanciamiento que dicen sufrir, últimamente muchas obras sociales sindicales ponen cada vez más trabas para aceptar a estos trabajadores de menores aportes. Por el sistema de libre opción, en realidad están obligadas a aceptar a cualquiera que quiera afiliarse.
La iniciativa de dejar de cubrir a estos 5 millones de trabajadores ya fue hablada con la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y la Superintendenta de Servicios de Salud, Liliana Korenfeld. La propuesta de los gremialistas es que estos trabajadores y sus familias sean atendidas por el Estado.
“¿Cómo puede ser que un trabajador, es decir el verdadero dueño de la obra social, deba subvencionar con sus aportes la salud de un monotributista?”, se preguntó el Armando Cavalieri, secretario general del Sindicato de Comercio. Y agregó: “Lo que no queremos es que se nos caiga el sistema”.
Otro sindicalista argumentó otro motivo por el que se le quiere dejar de dar cobertura: “Es tristísimo, pero es gente que viene sin cobertura de salud desde hace años y llena de enfermedades ocultas. ¿Por qué nosotros debemos ocuparnos de algo que en realidad le corresponde al Estado? Es algo completamente injusto”.
En caso de no prosperar la iniciativa, podría ocurrir que de manera unilateral las propias obras sociales “dejemos de atender a empleadas domésticas y monotributistas”, según amenazaron en una obra social que tiene más de medio millón de afiliados.
“Si suspendemos la atención quizá nos surja algún problema legal, pero será un riesgo que deberemos correr”, completó un sindicalista.
Aunque se la considera un paliativo, otra opción que se maneja es que en caso de que deban seguir atendiendo a monotributistas y empleadas domésticas se aumente el valor de sus aportes.
Fuente: Once