«Hola Córdoba. Somos Anonymous. Por el medio estamos declarando la operación ‘Juanes en Marcha’. Esta busca crear un cambio para toda la Policía de Córdoba y ser su voz en esta batalla», se escucha en el audio que convocaba «a reunirse frente a la Jefatura el próximo lunes 18 (de noviembre) a las 6 de la tarde». «No somos ajenos a la provincia ni al país. Somos policías y gente cansada», asegura la voz computarizada, que está accesible en Youtube. «Juanes», en la jerga policial cordobesa, refiere a los efectivos de bajo rango.
En el mensaje dirigido a los uniformados se plantearon los objetivos de la protesta que tuvo el lunes pasado su punto más álgido: «Tener un sindicato que los defienda y que no permitan el atropello de cada uno de sus jefes», «un salario digno», «que se limpie la corrupción y que se denuncien las irregularidades conocidas hoy en día por todos los habitantes de la provincia». Este último pronunciamiento fue en alusión a la supuesta complicidad de un sector de la fuerza con el narcotráfico, que es investigada por la justicia.
«Sobreentendemos que sus jefes y directivos los han abandonado por miedo o porque forman parte de esta red de corruptos. Les pedimos que nos dejen ser su voz y que nos brinden información», afirma en el video. También interpela a la tropa polical para «que se hagan escuchar y reclamen su derechos».
Los efectos de la organización fueron contundentes: «Todas las comisarías de Córdoba se acoplaron a la protesta al mismo tiempo. No había nadie en la calle. Hubo mucha planificación», explicó a Tiempo Argentino una fuente del gobierno nacional.
Según el diario La Voz, el 14 de noviembre, la protesta ya había comenzado. «Durante estas semanas, todos los días, continuaron desparramándose los mensajes instando a marchar, protestar y hasta a acuartelarse para exigir tres pilares básicos: mejoras salariales, un bono de fin de año y que se limpie la imagen de la fuerza», publicó el periódico cordobés.
En otro mensaje adjudicado a la policía provincial a través de Anonymous, con fecha 18 de noviembre, se aseguró: «Nuestros jefes desayunan facturas de manteca, criollos de hojaldre y almuerzan lomo a la pimienta, las mejores pastas y lo que pidan. La plata para comprar esos productos sale del dinero que nos descuentan del adicional (…). Barrer la calle es más remunerativo que salvar vidas. Detener a delincuentes, la seguridad no vale nada.»
Dos días después, aseguró La Voz, se difundió otro parte anónimo: «Somos 20 mil policías pero te pido que lleves sólo un familiar (padres, hermanos, primos, alguien que quiera ayudarte) a las manifestaciones que se hacen, sumá para que sumemos todos.»
«Hubo negligencia o imprevisiones por parte del gobierno provincial que hicieron que la crisis los sobrepasara», destacaron desde la Rosada.