Es la inflamación, irritación o hinchazón del esófago, que es el tubo que va desde la parte posterior de la boca hasta el estómago.
Con frecuencia, la esofagitis es causada por el reflujo de líquido que contiene ácido desde el estómago hacia el esófago, una afección llamada reflujo gastroesofágico. Pero también existen otras causas entre ellas las infecciosas.
Los siguientes factores incrementan el riesgo de esofagitis:
- Consumo de alcohol
- Consumo de cigarrillo
- Cirugía o radiación en el pecho (por ejemplo, el tratamiento para el cáncer pulmonar)
- Tomar ciertos medicamentos sin mucha agua, especialmente alendronato, tetraciclina, doxiciclina y vitamina C
- Vómitos
Las personas con sistemas inmunitarios debilitados debido al VIH y ciertos medicamentos (como los corticosteroides) pueden presentar infecciones que llevan a esofagitis.
La infección esofágica puede deberse a hongos, (especialmente candidiasis) o virus, como el herpes o el citomegalovirus.
Los síntomas más frecuentes son: dificultad para tragar, dolor al tragar, acidez, disfonía o dolor de garganta.
El tratamiento depende de la causa específica. La enfermedad del reflujo puede requerir el uso de medicamentos para reducir el ácido y las infecciones necesitarán el uso de antibióticos.
Los problemas que causan esofagitis por lo general responden al tratamiento. Si no se realiza tratamiento puede haber molestia intensa y estrechamiento del esófago como consecuencia de la cicatrización; provocando así dificultad para tragar alimentos.
Después de años de reflujo gastroesofágico, se puede presentar una afección llamada síndrome de Barrett que, en raras ocasiones, puede llevar a cáncer del esófago.
Siempre consulte a su médico de cabecera para un correcto diagnóstico y tratamiento.