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Vélez jugó el partido perfecto

Vélez jugó un partido casi perfecto y despachó a All Boys por 3-0. Hace rato no se veía en el fútbol argentino a un equipo que tratara tan bien el balón en todos los sectores, siempre con vocación ofensiva. La defensa y el arquero suelen brindar seguridad y los delanteros son siempre peligrosos. Ayer, en la calurosa noche de Liniers, los mediocampistas completaron el póquer de ases a pura precisión en velocidad; sin pretender tomar atajos con pelotazos ambiciosos, con pases inteligentes que buscaban al compañero con mejor panorama.

Ya la primera parte bien pudo terminar en goleada. Algunos remates de Jorge Correa, de Ariel Cabral y de Leandro Desábato desde media distancia, definiciones de Mauro Zárate que se pasaron cerca, un tiro libre de Sebastián Domínguez que no fue gol de milagro y hasta un cabezazo que Fabián Cubero estrelló en el travesaño. La más clara había sido una enorme jugada individual de Zárate que culminó con un remate apenas afuera. Un minuto después, Lucas Pratto inició una jugada por derecha junto a Correa y a Cabral, pero pifió el remate; la pelota –tal vez solidarizada con el buen juego de Vélez– cayó en los pies de Zárate, que definió con maestría ante la salida de Cambiasso.
Poco se puede decir de All Boys. Casi sería injusto echar culpas a los jugadores del Albo. Hicieron lo que pudieron; mejor dicho, aguantaron hasta donde pudieron. La responsabilidad de semejante superioridad es exclusiva de Vélez, que no tuvo puntos bajos. Ante este panorama, los muchachos de Floresta se limitaron a correr como locos a los rivales, quizás sin terminar de entender para qué; como un perro que corre y ladra al costado de un auto.
La segunda parte fue una remake de la primera. Aunque el gol tardó menos en llegar. Correa, después de una linda pared con Zárate, volvió a probar desde afuera y esta vez venció al uno de All Boys con un tiro esquinado.
Vélez fue siempre prolijo en la salida, sobre todo por el lado de Emiliano Papa, quien incluso se animó a tirar caños y a comandar una contra como un clásico enganche. Cuesta encontrar un pase mal dado por Lucas Romero. Correa desequilibró y también condujo. Zárate, si bien individualista, demostró que su técnica está varios escalones más arriba de la media de nuestro fútbol.
Pero la gran figura fue Pratto. El grandote, uno de los mejores –si no el mejor– delantero de la Argentina, volvió a demostrar que la buena técnica no es propiedad de quienes miden menos de un metro setenta y que se puede complementar a la perfección con potencia y visión de juego.
A 15 del final, el recién ingresado Ramiro Cáseres culminó una contra con un bombazo a quemarropas y decretó el 3-0. Luego, sólo quedó esperar por cuál sería la diferencia final, que si no fue mayor es porque la puntería estuvo apenas corrida del arco.
COMENTARIO
El 3-0 no alcanza para simbolizar la gran superioridad de Vélez sobre All Boys. El conjunto del Turu Flores tuvo una noche soñada. Quizá ni el propio entrenador esperaba tener semejante rendimiento. Con puntos muy altos como Pratto, Correa, Zárate y grandes partenaires como Desábato, Romero, Cabral y Papa, Vélez se llevó puesto a un All Boys atónito que no pudo hacer nada ante tanto toque, tanto juego, tanto fútbol. De seguir por este camino, es, por lejos, el máximo candidato al título.
LA FIGURA
Lucas Pratto: Además de ser una molestia constante para la defensa de All Boys, el grandote de Vélez se tiró atrás para ayudar a los mediocampistas en la creación y fue el mejor asistidor de Zárate. Solo le faltó el gol.
Al menos, hubo gente en la platea
“Si no hay hinchas que no haya nada”, decían las remeras de muchos hinchas de Vélez en el José Amalfitani. Las tribunas populares estuvieron vacías, al igual que lo estuvo todo el estadio en el encuentro anterior (en la primera fecha del torneo, ante Tigre), por disposición de la AFA y los organismos de seguridad, debido a irregularidades en el encuentro ante San Lorenzo, en la última fecha del año pasado. Pero esto no limitó la fiesta de Vélez en las tribunas.
La Pandilla de Liniers se plantó en la platea Sur Alta y alentó todo el partido, a puro bombo y platillo. Las otras dos plateas estuvieron colmadas de hinchas que ovacionaron al equipo. Quienes más aplausos se llevaron fueron Mauro Zárate y, sobre todo, Lucas Pratto.