El Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA señaló en un nuevo documento que la Asignación Universal por Hijo alcanzó «su poder adquisitivo más alto desde que se instituyó la medida» a partir de la actualización del monto anunciada el miércoles por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La conclusión surge de una actualización del Informe de Coyuntura N° 16 que el Centro de Investigación de la CTA que conduce Hugo Yasky había presentado el día anterior al anuncio presidencial que aumentó la AUH y las asignaciones familiares, llevando a la primera a $664 y alcanzando a casi 3.500.000 niños y adolescentes.
CIFRA había analizado en un anticipo de su Informe de Coyuntura N° 16, entre otros puntos, la evolución de la AUH desde su implementación hasta comienzos de 2014, a partir del seguimiento de los aumentos nominales que año a año se fueron implementando, y cotejándolos con los incrementos de precios.
El trabajo del instituto que dirige el economista Eduardo Basualdo asegura que la aceleración de precios en el primer trimestre de 2014 «generó una caída considerable del poder de compra de los beneficiarios, retrotrayéndolo a los niveles de 2010-2012».
Ante el nuevo escenario abierto por el aumento del 40% anunciado por la Presidenta, Télam accedió a una actualización de ese documento que afirma que «la elevación del beneficio a 644 pesos a partir de junio de 2014 significa un incremento real de 37,5% respecto al mes anterior».
El estudio, basado en el índice de precios minorista del “IPC 9 provincias” y proyecciones en mayo y junio en base al IPCNu, señala que el incremento anunciado la semana pasada por la presidenta de la Nación, «no sólo fue el más elevado en términos nominales sino también en términos reales, alcanzando su poder adquisitivo más alto desde que se instituyó la AUH».
En diálogo con Télam, el investigador e integrante del equipo de CIFRA, Pablo Manzanelli, destaca que «en el marco de las presiones cambiarias de los primeros meses del año y el aumento de precios postdevaluación que erosionó el valor real de la AUH, era necesario implementar una recomposición».
«Este aumento, el más importante desde su implementación, lleva incluso el poder adquisitivo de la AUH a su nivel más elevado, constituyendo una medida sumamente importante para reducir los índices de indigencia, a la vez que combate los efectos recesivos de la devaluación y de los aumentos de precios recientes», señaló el especialista.
Manzanelli también se refirió a los estudios elaborados por observatorios y consultoras que durante las últimas semanas presentaron informes sobre la situación de la pobreza en el país con números considerablemente más elevados que los expuestos por CIFRA.
Al respecto, plantea que «es indudable, sistemático y muy significativo» el descenso de la pobreza a partir de 2003, producto de «la generación de empleo y de políticas redistributivas, entre las que se destaca la Asignación Universal por Hijo».
Uno de los estudios a los que se refirió fue el elaborado por el Observatorio de la Deuda Social de la Pontificia Universidad Católica Argentina, al cual describió como «una muestra menos representativa que la Encuesta Permanente de Hogares para medir ingresos y con un índice de precios poco sólido para valorizar la canasta».
Además, señaló que el trabajo plantea «escenarios sociales típicos de la segunda mitad de la década del `90, que no se corresponden con la realidad de los últimos años».
Para el investigador, el trabajo de la UCA, así como los recientes documentos presentados por el Foro de Convergencia Empresarial, incorporan el tema de la pobreza a la agenda pública «con intencionalidad política, en momentos en los que hay un escenario económico, nacional e internacional, por demás complejo».
Entre los objetivos políticos de esos estudios, detalla «la búsqueda de los sectores ortodoxos de que sea el gobierno nacional el que lleve adelante un ajuste contra su propia base social, que son los trabajadores».
En este sentido, Manzanelli afirma que la actualización de la AUH «es un signo de que el gobierno nacional no va por ese camino del ajuste fiscal», por el contrario, opinó que «es una reafirmación de una política económica de sesgo expansiva en materia de ingresos».