Un joven de 18 años fue acribillado en zona sur de Concordia. En un allanamiento, detuvieron al agresor: un menor de 16, que hace 10 meses, disparó contra una joven madre que quedó en la línea de fuego al intentar rescatar a su hijo.
Ramón Sebastián Acevedo, de 18 años de edad, perdió la vida minutos después de la 1 de la madrugada de ayer, cuando recibió un disparo en la región dorso lumbar izquierda con orificio de entrada sin salida, provocando su muerte.
El joven herido debió ser trasladado por los propios familiares hacia el hospital Felipe Heras de Concordia, aunque lamentablemente ingresó ya sin vida.
En un allanamiento que se realizó durante la madrugada, la Justicia y la policía dieron con el presunto homicida de apenas 16 años.
EL HECHO. En inmediaciones de calles Concejal Veiga y J. J. Paso tuvo lugar ayer de madrugada un hecho de sangre, cuando Acevedo falleció luego de ser víctima de un disparo de arma de fuego. Agentes de la Comisaría Primera -con jurisdicción en la zona- llegaron hasta el lugar, pudiendo constatar que los familiares del muchacho ya lo habían trasladado por sus propios medios hasta el hospital.
De testimonios de vecinos, en el marco de las primeras investigaciones, surgió como supuesto autor un menor de 16 años, domiciliado en el Barrio 90 viviendas. El agresor fue intensamente buscado durante toda la noche, para luego ser encontrado tras una orden judicial en una vivienda de calle Concejal Veiga.
En el allanamiento del domicilio familiar se pudo dar con el paradero de quien en primera instancia sería el homicida, por lo cual se realizó la aprehensión del muchacho, quedando detenido y alojado en la Comisaría del Menor y la Familia, y a disposición de los fiscales en turno.
ANTECEDENTES. Las fuentes policiales reconocieron inmediatamente que con este nuevo crimen, el adolescente carga ya con dos muertes en menos de un año.
El homicida, que fue reconocido como Brian, cuando apenas tenía 15 años de edad, hace 10 meses, cuando una bala salida de su revólver mató a Daiana Érika González, la joven mamá que había salido a rescatar a su pequeño hijo de en medio de una balacera entre bandas antagónicas.
Tras aquel trágico hecho, la Justicia y el Copnaf acordaron acciones para intentar rescatar a Brian de la droga y la violencia armada, sin que fuera a prisión por ser menor de edad.
Violencia, balas y angustia
Otro hecho ocurrido también en las últimas horas en Concordia llevan a recordar la muerte de Daiana González, al resultar baleada otra madre que quiso salvar a su hija, que quedó en medio de una brutal balacera.
La información policial consigna que una mujer fue baleada en una de sus piernas pero el proyectil quedó alojado en la zona de sus genitales. Había salido a rescatar a su hija de 10 años que estaba en medio de un tiroteo entre bandas antagónicas.
Se trata de Vanesa Sánchez, quien afortunadamente no terminó muerta, pero sí recibió un disparo de arma de fuego al salir en defensa de su hija que había quedado en medio de un tiroteo entre bandas antagónicas que se disputan el control de los barrios Martín Fierro y Cabo Sendrós, en calles Saavedra y La Pampa.
“Hubo una pelea entre bandas, peleas que uno no sabe porqué empiezan y cuando terminan, a los pocos días andan juntos y después andan a los tiros”, contó Vanesa en declaraciones periodísticas.
“Mi hija de 10 años estaba con mi ex cuñado, cuando empezaron a tirotearlo. Yo salí en defensa de mi hija, como madre fui a defenderla. La gente estaba sentada tomando mate y la cuadra estaba llena de chicos”, recordó la mujer.
“En ese momento, Javier Luna, alias el Manco, que es un cobarde, amenazó a mi hija de 12 años, diciéndole que cuando la encuentre la iba a matar, todo porque la criatura salió en defensa de su hermanita y le partió la nariz de un piedrazo”, contó.
Aseguró que los matones del barrio atemorizan a los más débiles, “están amenazando a criaturas indefensas, me pregunto quién no defiende a sus familiares en un momento así, un hombre no dispara cuando hay criaturas”.
La mujer, durante el enfrentamiento, resultó baleada en una de sus piernas pero el proyectil quedó alojado en la zona de sus genitales. “Cuando iba por La Pampa y cortada Güemes, sale a ‘jetonearnos’ la familia Duraez, sale el Manco con un 32 y me pega un tiro en la pierna. Lo peor de todo es que la bala siguió corriendo y la tengo alojada en la zona de mis genitales, no tuvo salida y mi vida corre peligro. Me faltan más estudios y una operación para que me saquen la bala así no sigue haciendo daño”, detalló.