Cuando se enteró la decisión de Gallardo, lo definió. El entrenador de River tenía la posibilidad de sumar a cinco nuevos futbolistas a la lista de buena fe de la Copa Libertadores. Tenía cinco lugares y seis opciones. Todas caras nuevas. El Muñeco dejó afuera a Aimar y el Payaso no pudo superarlo.
Supo entender a la perfección que no era algo en contra de su persona. Captó el mensaje del técnico y se dio cuenta de que no estaba para jugar competitivamente. Y lo hizo: tomó la decisión más difícil. Un mensaje de voz del enganche comenzó a circular, confirmando las versiones de su retiro.