La atención de las distintas problemáticas que abordan en «La Posta», desde casos de violencia familiar, pasando por deserción escolar y consumo de drogas, se hará desde una dependencia del Copnaf ubicada en Corrientes al 300, hasta tanto se ponga en condiciones el edificio de Avenida Jorge Newbery. Allí, el personal viene gestionando desde 2013 que se brinden las condiciones indispensables de infraestructura en el edifico, pero sin respuesta, hasta ahora.
De igual modo, esta vez la situación se agudizó. Durante el robo ocurrido ayer, en el que los ladrones se llevaron distintos elementos y un equipo de computación completo, hubo un mensaje intimidatorio para los trabajadores. «Mueran, pu. . . «, fue el cartel con el que se encontraron cuando abrieron la dependencia, dejado por los ladrones. La situación derivó en una presentación policial, y la decisión de mantener a los empleados en guardia pasiva hasta que el edificio vuelva a estar en condiciones y se garantice la seguridad con un efectivo policial.
Ayer, se hizo presente en «La Posta» la vicepresidenta del Copnaf, María del Huerto Reutlinger, y también estuvieron dirigentes de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), encabezados por Norma Alonso, miembro de conducción del sindicato. En ese encuentro, los trabajadores le pidieron a las autoridades que «garanticen un policía adicional, que cuide el lugar en las horas en las que no hay personal de modo de evitar nuevos robos y garantizar la continuidad laboral de los empleados», según contó uno de los técnicos.
La Ley Nº 9.861 de Protección Integral de los Derechos del Niño, el Adolescente y la Familia, sancionada por la Legislatura el 29 de julio de 2008, estructuró la existencia de los denominados Servicios Locales de Protección de Derechos en procura de lograr una descentralización de la atención del Copnaf. El artículo 48º de esa ley dice que «serán unidades técnico-operativas con sedes en los barrios o comunidades, priorizando su ubicación según datos estadísticos acerca de los derechos vulnerados u omitidos, a fin de facilitar que el niño o joven que tenga amenazados o violados sus derechos, pueda acceder a los programas y planes disponibles en su comunidad. En los casos en que la problemática presentada admita una solución rápida y que se pueda efectivizar con los recursos propios, prestará la ayuda en forma directa».
La Posta es un servicio de protección de derechos aunque ahora, según anunció la titular del Copnaf, Marisa Paira, estará cerrado y la atención se canalizará en la dependencia de Copnaf de Corrientes 300.
Sobre cuántos días no habrá atención el La Posta, respondió: «Ya dimos la directivo de que empiecen los trabajos de acondicionamiento del edificio. Esperamos que se dé en el menor tiempo posible. Dejan ese lugar y se trasladan, y allá se pone un cartel. Pero la atención no se suspende. Continúa».
El asalto
Una de las responsables de «La Posta», que pidió, por seguridad, que su nombre no salga publicado, contó que ayer «nos encontramos con que nos habían entrado a robar de nuevo, la segunda vez en menos de un mes. En esta oportunidad, rompieron un ventiluz, arrancaron la reja, y fue así porque el edificio es muy viejo, está en muy malas condiciones, y la reja no sirvió de mucho».
–¿Qué robaron?
–Nos llevaron una multifunción, unos sillones de plástico que había en la sala de entrevistas, una licuadora, una pava eléctrica y robaron también un equipo de computación completo que usaba el ingeniero agrónomo que trabaja con nosotros en un proyecto de huerta. El terreno donde está La Posta es bastante grande, y ahí se desarrolla un programa de huerta. Antes de llevarse todo lo que se llevaron, nos dejaron un cartelito: «Mueran, pu. . .». Tenía una carita sonriente el cartel.
–¿Fueron las autoridades?
–Sí, vino la vicepresidenta y otras funcionarias. Nosotros pedimos que nos garanticen la seguridad y que el edificio esté en condiciones. Nadie te garantiza que no te roben otra vez, pero hace tiempo que venimos solicitando, por ejemplo, que se corte el pasto, que se lo mantenga, que se instale una luminaria, de noche está todo oscuro, y que se solucione el tema del servicio eléctrico, que está muy precario. Es el único edificio de los servicios de protección de derechos que es del Copnaf; los otros son alquilados. Entonces, hay que tenerlo en condiciones. Las lluvias complicaron todavía más lo edilicio, con mucha filtración de agua. En 2013 pedimos que se arreglar el tema de la instalación eléctrica, prometieron hacerlo en tres etapas, pero todavía no arrancó ni la primera.