En la audiencia que se realizó el 27 de mayo de 2015 ante la jueza de Garantías Nº 2 Marina Barbagelata, Mariano Maciel, su primo Luis Maciel y la esposa de éste, Sofía Ifran, sostuvieron que el 25 de mayo entre las 19.30 y las 5.30 del 26 de mayo, vivieron “una verdadera pesadilla”.
En aquella audiencia de flagrancia se les formularon los cargos por el supuesto delito de Robo agravado en grado de tentativa, en despoblado, como coautores. Además de los apremios y torturas que refirieron los tres imputados, los hombres denunciaron que los efectivos les pusieron armas en sus manos para obtener las huellas dactiloscópicas para agravar su situación, en tanto que la mujer señaló a un efectivo, que identificó como Gustavo Collaud, como la persona que la acosó con insinuaciones de índole privada, primero pidiéndole el número de celular y luego advirtiéndole que la buscaría por Facebook.
Sentencia. Este martes, el Juez de Garantías Nº 3, Humberto Franchi, decidió homologar el acta acuerdo de juicio abreviado celebrado entre la fiscal Patricia Yedro y Marcos Rodríguez Allende, defensor de los imputados Gustavo Ramón Collaud, María Cecilia Depardón y Raúl Taborda.
Así, dictó sentencia condenando al suboficial Collaud, y al cabo primero Depardón, a la pena de tres años de prisión condicional; en tanto que al sargento ayudante Taborda, lo sentenció a dos años y seis meses de prisión de ejecución condicional. Para los tres resolvió homologar el pedido de inhabilitación especial por el doble del período de la condena y les prescribió el cumplimiento de normas de conducta por dos años, entre las que se destacó no molestar o perturbar a las víctimas por sí o por terceras personas.
Tras la lectura de la sentencia, que comprendió que los tres condenados, en virtud de la inhabilitación especial, no podrán portar armas de fuego de ningún tipo ni tener a su cargo y asistir a personas durante el lapso de las condenas, el juez señaló que su decisión se acotaba al contexto del acuerdo que se le presentó, dejando el futuro laboral de los condenados a la decisión de las autoridades competentes de la Policía de Paraná.
Reconocimiento. Franchi interrogó a los imputados sobre los alcances del juicio abreviado y les pregunto si ratificaban el acuerdo alcanzado. Así, a la pregunta sobre si participaron de los hechos que se les atribuyó y si estos ocurrieron tal como se les leyó en la imputación, Collau respondió escuetamente: “Participé”; Depardón dijo “sí, participé” y Taborda, que murmuró algo ininteligible durante la audiencia, que motivó que su defensor lo conminara a mantener silencio, sólo profirió un lacónico “sí”. En definitiva, los funcionarios admitieron haber golpeado y sometido a vejaciones a dos hombres y una mujer, detenidos en un procedimiento realizado en mayo de 2015 en un camino entre La Picada y Villa Urquiza.
Entre las pruebas que tuvo en cuenta Franchi para adelantar la sentencia, más allá de la confesión de los tres efectivos, se encuentra que fueron reconocidos en rueda de personas por los denunciantes.
Desvinculado
El abogado defensor Marcos Rodríguez Allende destacó que el jefe de la comisaría de Villa Urquiza, Mario Bértoli, quedó desvinculado de la causa, junto a otros efectivos, puesto que al comienzo de la investigación se involucró a seis o siete efectivos. Durante la investigación se comprobó que Bértoli no estaba en la provincia el día de los graves hechos.
Mariano Maciel declaró aquel 27 de mayo de 2015 que “eran cuatro los policías que pegaban” y añadió que “vinieron más de civil, que fueron los que nos hicieron tocar las armas”. También dijo que no sólo había efectivos de Villa Urquiza, sino que “venían de otros lados”. En la audiencia, en la que el único medio presente fue EL DIARIO, Maciel se levantó la ropa y exhibió las marcas de lo que sería la aplicación de una picana eléctrica en su espalda, signos que acudieron en auxilio de los serios hechos que narró aquel día ante la jueza Marina Barbagelata.
Al margen
En el acuerdo se destacó que los jóvenes, que siguen vinculados a la causa por el supuesto robo de una camioneta, denunciaron que fueron golpeados durante la detención y el traslado a la Comisaría de Villa Urquiza. La chica dijo que fue amenazada por los efectivos que le decían que la obligarían a tener relaciones sexuales y a practicarles sexo oral. Ya en la comisaría, uno de los jóvenes fue desnudado, mojado y sometido a descargas eléctricas con una picana.