Un grupo de científicos, dirigidos por investigadores de la Universidad de Harvard, ha propuesto una nueva manera de evaluar la salud de las personas recurriendo al ejercicio físico: contar cuántas flexiones son capaces de hacer. Los resultados del nuevo estudio sugieren que los hombres de mediana edad que no son capaces de hacer ni 10 flexiones podrían tener un alto riesgo de sufrir enfermedades del corazón, en comparación con aquellos que llegan a levantar su propio peso más de 40 veces.
Para alcanzar estas conclusiones, los investigadores han analizado los datos de casi 1.600 bomberos mayores de 18 años que hicieron las pruebas físicas para acceder al cuerpo en una clínica de Indiana, en Estados Unidos, entre 2000 y 2007. Su análisis estadístico, que ha visto la luz en la revista JAMA Network Open, ha revelado que el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares es un 97% menor entre quienes pudieron hacer más de 40 flexiones respecto a los que no llegaron a hacer 10.
La probabilidad de sufrir un infarto o una enfermedad cardiovascular (eventos en los que las diferencias entre sexos son notables) decreció según aumentaron las flexiones que los bomberos fueron capaces de hacer. Por ejemplo, aquellos que completaron entre 11 y 20 flexiones presentaron alrededor de una cuarta parte del riesgo respecto a los que no llegaron a la decena.
Durante el tiempo que duró el estudio, los científicos solo registraron 37 accidentes cardiovasculares, de los que solo uno correspondió a un participante del grupo de hombres que hacían más de 40 flexiones. Son pocos registros para dar por seguros los resultados de la investigación, y el hecho de que todos los datos provengan de bomberos implica que probablemente no pueden trasladarse las cifras a la población general. Pero el primer estudio que propone contar flexiones para evaluar la salud cardiovascular es importante para la comunidad científica.
«Aunque hacen falta estudios más grandes y en cohortes más diversas, la capacidad de hacer flexiones puede ser una medida del estado funcional simple y sin coste», reflexionan los autores de la investigación en el nuevo artículo. Según el trabajo, esta manera de asesorar la salud cardiovascular podría ser incluso más efectiva que controlar la respuesta del organismo a una prueba de esfuerzo en una cinta de correr. Hasta que la ciencia confirme esta teoría, mantén la calma y atiende a todos los factores que influyen en la salud cardiovascular. Algunos son sorpredentes. Por ejemplo, avergonzarte de tu cuerpo puede aumentar el riesgo de infarto.
Fuente: El País