Al despertar en la mañana tras un sueño intranquilo, Pablo Ledesma se encontró sobre su cama con su rostro convertido en una caricatura de sí mismo. Su papada había aumentado considerablemente de tamaño, la parte baja de los cachetes le hacía recordar a Quico. Pero no había nada de gracioso en el asunto. Al mismo tiempo, en otra casa, otro cuarto y otra cama, su compañero Alan Aguirre se encontraba con una imagen similar cuando su día también comenzaba. Cada uno por su lado, ambos jugadores se dirigieron rumbo a Casa Amarilla y, antes de que comenzara el primer turno del entrenamiento de Boca, fueron a hablar con los médicos del plantel. Y la preocupación se esparció por toda la Ribera.
Porque los clínicos, ante el cuadro que presentaron los dos futbolistas, sospecharon que se trataba de paperas, una enfermedad que no suele ser grave pero sí es contagiosa. Por eso, rápidamente, dejaron a ambos fuera de los trabajos con el grupo y los enviaron a realizarse estudios. Aunque los resultados definitivos estarán recién mañana, los análisis determinaron que lo de Ledesma es de “probable causa viral”, por lo que le indicaron reposo en su hogar: el cordobés no estuvo en la práctica de la tarde y tampoco se presentará hoy en el predio, para evitar la propagación del problema. Aguirre, por su parte, tenía menos síntomas que su compañero, pero igualmente se hizo una ecografía, fue licenciado y será seguido de cerca por los médicos. Desde ya, ambos quedaron descartados para disputar el Superclásico del domingo.
Ante la inesperada situación, en el club tomaron medidas tan pronto como pudieron: además de aislar a los dos afectados, se pensó en suspender el segundo turno de trabajo, pero finalmente se optó por revisar el vestuario antes de que llegara el plantel para descartar focos de contagio (además se había especulado con la posibilidad de cerrar el club, algo que tampoco sucedió). Más allá de la prevención, como hasta ayer ambos futbolistas habían compartido la vida diaria con el grupo, los médicos creen que en los próximos días pueden aparecer otros jugadores con la misma sintomatología porque –en caso de que fueran paperas– se trata de una enfermedad que puede transferirse en su etapa de incubación. De todos modos, desde Boca informaron que todos los jugadores del plantel se encuentran con las vacunas al día.
Las ausencias le generan un gran problema a Carlos Bianchi para el partido frente a River. Porque Ledesma era número puesto en la mitad de la cancha para enfrentar al Millonario y, ante su baja, Aguirre era una buena alternativa para jugar en el lateral derecho y que Jesús Méndez pasara a la mitad de la cancha. Sin embargo, la complicación puede ser aún mayor, en caso de que hoy aparezcan otros afectados. Por lo pronto, el entrenador decidió sobre la marcha pasar para mañana la práctica de fútbol que habitualmente realiza los jueves. No sea cosa que otros amanezcan con una metamorfosis en sus rostros y el Virrey tenga que cambiar nuevamente todos sus planes.
Fuente: El Gráfico
