Las enfermedades de transmisión alimentaria, también conocidas como «toxiinfecciones alimentarias» son aquellas patologías que se producen por la ingestión de alimentos contaminados con agentes biológicos o sus toxinas.
Estos procesos están causados por la ingestión de distintas formas vitales de bacterias, virus o parásitos. Los meses de verano constituyen una época especialmente crítica, porque las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos.
Además, en esta época hay una mayor tendencia a comer fuera de casa. Por ello, los expertos recomiendan tener en cuenta las “Reglas de Oro para la preparación higiénica de los alimentos”, elaboradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La adopción de estas simples precauciones evitará numerosas enfermedades provocadas por una inadecuada manipulación o conservación de los alimentos.
1. Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente. No se debe consumir leche sin tratamiento térmico (leche cruda). Las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados. Si prepara mayonesas, salsas o cremas en casa, deberá consumirlos inmediatamente y mantener la conservación en frío. Si lava los huevos antes de utilizarlos, porque éstos tienen restos de suciedad, debe hacerlo inmediatamente antes de su uso. Lave adecuadamente las frutas y hortalizas que vaya a consumir crudas.
2. Cocinar correctamente los alimentos. Los alimentos pueden estar contaminados por microorganismos. Si los alimentos se cocinan bien, estos microorganismos pueden ser destruidos por el calor. La temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que alcance un mínimo de 70º C en el centro del producto.
3. Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados. Es la mejor manera de evitar la proliferación de los gérmenes. No dejar nunca los alimentos cocinados a temperatura ambiente.
4. Un alimento cocinado, es un alimento higienizado. Los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente o las sobras que se quieran guardar, deben mantenerse bajo la acción del calor, por encima de 60º C, o del frío, a 7º C como máximo. Si va a consumir pescado crudo o poco cocinado en casa, hágalo después de haberlo mantenido congelado durante varios días.
5. Calentar suficientemente los alimentos cocinados. Para conservarlos después de su preparación, puede mantener caliente hasta su consumo aquellos alimentos que lo permitan (sopas, purés, guisos). Otro tipo de alimentos que no puedan ser sometidos a calor (ensaladas), deben ser refrigerados inmediatamente. Si decide aprovechar las sobras del día anterior caliéntelas a la temperatura máxima antes de consumirlas.
6. Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados. Un alimento cocinado puede volver a contaminarse por contacto con los alimentos crudos o con objetos que anteriormente hayan contactado un alimento crudo (cuchillos, tablas, superficies, trapos, etc.). El trapo de cocina puede ser un excelente vehículo de contaminación. Es preferible usar papel de cocina, que se usa y se tira.
7. Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina. La persona que manipule alimentos debe observar estrictas prácticas higiénicas. Es imprescindible que tenga las manos siempre limpias, que las lave cada vez que haga falta y siempre que haga uso del baño. Es muy importante hacer la limpieza de la cocina diariamente, como mínimo. Se debe almacenar la basura en recipientes lisos, lavables y cerrados y que éstos no se encuentren cerca de los alimentos.
8. Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía. No hay que olvidar que los animales pueden ser portadores de gérmenes patógenos y parásitos que originan enfermedades de transmisión alimentaria.
9. Utilizar exclusivamente agua potable. El agua potable no es sólo imprescindible para beber, sino también para preparar los alimentos. Debe tener exclusivamente estos dos orígenes: aguas envasadas o aguas de la red pública de distribución en la población. No se debe beber ni usar agua procedente de pozos que no esté potabilizada.
10. No consumir alimentos perecederos que estén expuesto a temperatura ambiente. En bares, cafeterías, restaurantes y puestos de venta de comida, todos los alimentos deben estar protegidos por vitrinas y conservados en condiciones sanitarias adecuadas. Deben estar refrigerados siempre que sea preciso. Estas medidas deben ser exigidas por el consumidor, y cuando se observe que no se cumplen, los alimentos deben ser rechazados. Es importante no consumir alimentos adquiridos fuera de los establecimientos autorizados. Luego de ir al supermercado, no interrumpa la cadena de frío de los alimentos que requieren refrigeración (coloque este tipo de alimentos a último momento en el carrito de compras).