El Tribunal de la Sala Primera de la Cámara del Crimen, integrado por los vocales Miguel Ángel Giorgio, Daniel Perotti y José María Chemes dio inicio ayer al debate a través del cual se trata de establecer si Abelardo Sandoval y Alexis Adrián Manrique fueron los causantes de las muertes de Orlando Alberto Salvador y Alicia Liliana Lascano.
Las víctimas fueron asesinadas a balazos en barrio Humito, de Paraná, frente al domicilio de Sandoval, cuando regresaban en moto de comprar combustible, en la noche del 30 de octubre de 2011.
Cayeron sin vida, luego de ser ejecutados con munición de grueso calibre en la esquina de calle Estado de Palestina y Cortada 42. Justo en ese lugar, como se dijo ayer en el debate, “todos sabían que Sandoval vendía merca”.
Lo que muchos también sabían, aunque callaban, era que “los hermanos Manrique eran los sicarios de Sandoval”, tal como lo expresó el hermano de una de las víctimas.
También el barrio sabía que Sandoval “usaba” a Sebastián Lascano, hijo de la mujer asesinada, para sus mandados y para esconderle armas y drogas y lo alejaba de su familia tentándolo con dinero o con estupefacientes.
“Ahora me doy cuenta. Ahora me cae la ficha, que Sandoval me usaba, que mi madre tenía razón y que ella peleaba por sacarme de esa vida y por eso la mataron. Hoy no me caben dudas de que fueron Sandoval y Manrique los que mataron a mi madre y a mi padrastro. Me quedé en la calle, y ellos, el día del asesinato ni siquiera me contestaban cuando yo les pateaba la puerta para que me dieran una explicación… se escondieron hasta que los sacó de la casa la Policía”, dijo Sebastián a EL DIARIO.
Quedó claro que Sandoval había amenazado a Lascano para que retirara las denuncias en las cuales lo tildaba de narcotraficante y reducidor y que se abusaba de la disminución mental de Sebastián para utilizarlo. Con el tiempo se produjeron denuncias cruzadas y allanamientos para ambas familias, pero nada se logró resolver, antes de que la sangre llegara al río.
Indudablemente, Alicia Lascano quería algo mejor para la vida de Sebastián. Trató de recuperarlo hablando con una jueza, logrando asistencia de rehabilitación por drogas, pero la tentación por el dinero, por regalos y otros endulces materiales, hicieron sucumbir otra vez al muchacho, que hoy tiene 25 años.
TESTIMONIOS. Se escucharon ayer declaraciones que dejaron en claro que “el kiosco en la casa de Sandoval era una fachada para la venta de droga”. También se dijo que “Sandoval tenía como una paranoia con la Policía, pero también tenía quien le avisaba cuando le iban a hacer algún allanamiento. Por eso no le encontraban nunca nada”, se dijo.
“Además, algunas veces iba la Policía y movían las cosas así nomás y se iban, pero él enterraba o escondía las armas y las drogas en lugares que sabíamos los familiares de él y yo también… pero yo nunca lo mandé en cana y él me mató a mi madre”, expresó Sebastián.
“Yo tenía cosas para decirle en la cara, pero cuando declaré no lo dejaron estar en el mismo lugar”, se lamentó, en alusión a la disposición del Tribunal de desalojar la sala de audiencias al momento de las declaraciones de testigos de cargo.
Declararon ayer, luego de dos profesionales de la psiquiatría, que hablaron sobre Sandoval como una persona “que no tiene frenos inhibitorios, que es posible que pase al hecho sin ponerse límites”, vecinos del barrio y familiares de las víctimas.
Sergio Caraballo, uno de los hijos de Lascano, admitió haber tenido miedo cuando declaró por primera vez, pero que luego admitió que si bien no los vio disparar, vio con armas en la cintura a Manrique y a Sandoval.
Iván Emanuel Muñoz es un vecino que se reprochaba haber asistido a declarar “porque tengo miedo, por mi familia, por mi bebé. Me metió en esto una señora que me vio cerca del hecho”. Resulta que Muñoz era amigo de la familia de Sandoval. “Había ido a tomar unos mates con los chicos y con Ana (Cejas, la mujer de Sandoval). Vi que Sandoval y Cafú –tal el apodo de Manrique– se colocaban un revólver calibre 38 cada uno y además, Sandoval también se calzó una pistola calibre 40 y envolvió una carabina en una bolsa”, en relación a los momentos previos al doble homicidio.
“Sandoval ya había amenazado con matar a la familia de Alicia (Lascano) por las denuncias en su contra, todo para sacarlo a Sebastián de su lado”, agregó.
“Habían pasado cosas antes. Un día, Alicia le roció con nafta el portón a Sandoval. Eso fue como tres meses antes de los asesinatos”, dijo Muñoz.
Se puso en evidencia que Muñoz sabía muchas cosas más. “Las que saben todos en el barrio, pero yo no puedo hablar de narcos, de otras relaciones. Ahora me van a perseguir. Sólo porque sabían que iba a salir de testigo pasan y me gritan vigilante”, se quejó. Por este motivo, el Tribunal dispuso una custodia en el domicilio del testigo.
No obstante, cuando declaró Sebastián Lascano, dijo que “el que declaró antes –por Muñoz– también andaba armado, igual que Sandoval y Manrique”.
“Sandoval se manejaba con Petaco y con Cachete –en alusión a sus relaciones de negocios– y se perseguía solo cada vez que entraba un auto o alguien que no conocía al barrio y decía que le andaban sacando fotos, pero cuando le iban a allanar, siempre había alguien que un rato antes le avisaba por teléfono”, afirmó su ex pupilo.
“Sandoval le pagaba a los Manrique, a Cafú y al Chili para que lo cuidaran y a mí me decía que mi mamá no me quería, que me quedara con él”, recordó Sebastián Lascano.
El último en declarar fue Héctor Salcedo, hermano del fallecido Orlando Salvador. “A Sandoval lo que lo perseguía y molestaba eran las denuncias de Lascano. Era la única que había vencido el miedo y lo denunciaba por armas y por drogas, pero era por el amor a Sebastián. Todos en el barrio sabíamos que en ese kiosco se vendía droga a cualquier hora, pero todos callaban por miedo a Pérez, que era el apodo de Sandoval, o como lo conocían en Humito, como conocían también que Chili y Cafú Manrique eran sus sicarios”, declaró.
El debate se extendió desde las 9 hasta pasadas las 16.30 y fue agobiante para la concentración tanto de los camaristas como de las partes.
Hoy continúa el debate
Los defensores de Sandoval son Nora Lanfranqui y Boris Cohen; los de Manrique, Marcos Rodríguez Allende y Walter Rolandelli; el querellante, Guillermo Vartorelli; y el fiscal subrogante, Juan Francisco Ramírez Montrull, volverán a estar frente a frente, en la prosecución de este debate, hoy, a partir de las 8.30.
Fuente: El Diario- Mauricio Antematten