Boca cambia, se recicla, vive del pasado, pero piensa en el futuro. Carlos Bianchi está de vuelta en el barrio donde más cómodo se siente. Volvió para conseguir la Copa Libertadores, ese trofeo que supo obtener en tres oportunidades dirigiendo al equipo de la Ribera.
Ganó la Copa en tres ediciones. En el año 2000 levantó el trofeo después de que el “Xeneize” pasara veintidós años si ganar una edición de ese torneo. Le ganó al Palmeiras en la final y con anticipación había dejado en el camino a River en los cuartos de final.
Con una base creada en 1998, Bianchi supo potenciar a sus jugadores y buscó siempre el equilibrio que le permitiera enfrentar duros rivales como el América de México, el Superclásico copero con River o el mismo conjunto brasileño que logró vencer en la final.
Un año después se llevó la edición 2001 repitiendo el logró conseguido en Brasil algunos meses antes, pero definiendo en La Boca una serie de penales frente al Cruz Azul. Ambos triunfos depositaron a su equipo en Japón para jugar la final Intercontinental. En el inicio del milenio, le ganó a Real Madrid y después cayó ante el Bayer Munich.
Su último triunfo copero fue la Libertadores del año 2003. Allí condujo a un equipo que aplanó a todos sus rivales. Sólo tuvo un paso en falso en la Bombonera cuando jugó los octavos de final frente al Paysandú. Pero después Tevez, Delgado y Guillermo Barros Schelotto, lideraron la ofensiva de un conjunto que terminó ganándole la final al Santos de Brasil con un resultado global de 5 a 1.
Bianchi regresó al “Xeneize” con las ilusiones renovadas y el entusiasmo de quién tiene varios objetivos por cumplir y debe manejar la ansiedad de empezar a trabajar. Su objetivo principal es volver a ganar la Copa Libertadores de América. Ese título tan preciado por los hinchas del club y que se le escapó al Boca de Falcioni en la final que perdió frente al Corinthians este año.
El “Virrey” arrancará su ciclo en la pretemporada en Tandil y luego afrontará los partidos de verano. En febrero pondrá un pie en la Bombonera cuando enfrente a Quilmes por la primera fecha del Torneo Final y luego comandará la presentación del “Xeneize” en la Copa.
Los hinchas mantienen la ilusión intacta de volver a Japón para jugar el mundial de clubes. Bianchi nunca ha jugado esa competencia y será un desafío llegar hasta Tokio nuevamente. Las ambiciones del mundo Boca son enormes porque el “Virrey” está ligado a una etapa de triunfos, efectividad y vueltas olímpicas. Carlos Bianchi está de vuelta, se despertó de la siesta y tiene ganas de volver a dejar a Boca en lo más alto del fútbol mundial.