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Copa medio vacía

No tenían nada para pelear más que los puntos, la lógica necesidad de ganar para satisfacer a la gente. Pero de un lado había más urgencias. En un banco, Julio César Falcioni aún espera por su futuro. Tal vez lo conozca íntimamente. Tal vez tenga tomada una decisión. Sin embargo, el presidente de Boca, Daniel Angelici, ya avisó que cuando termine el torneo se sentará a hablar con el técnico. El objetivo secundario, clasificarse para la Copa Libertadores, fue cumplido. ¿Le alcanza a Falcioni para mantenerse en su puesto?

Si no alcanzaba, será difícil que el juego mostrado ayer por el equipo satisfaga a alguien. Boca fue la viva imagen que enseñó durante gran parte del campeonato, sin contar el espejismo que significó –ahora todos lo tienen claro– el partido contra Racing. Enfrente encontró a un Arsenal que tampoco tenía objetivos importantes: también dentro de la Copa, también fuera del campeonato, también tranquilo con el promedio, la diferencia entre Boca y Arsenal fue que el conjunto de Sarandí jugó a la pelota. De compañero a compañero, hacia adelante, con actuaciones que superaron la irregularidad (Carbonero y Zelaya, sobre todo), el equipo de Gustavo Alfaro fue claro dominador del juego.
Tuvo sus minutos, Boca: cuando en una patriada Lautaro Acosta entró al área, pasó entre dos defensores, lo tocaron, cayó y el árbitro cobró un penal que Schiavi mandó a las manos de Campestrini. Otro oasis, que esta vez no le quitó la sed a Boca.
Arsenal, tranquilo, armado, consciente de la desesperación ajena, manejó los tiempos: fue al frente cuando lo creyó necesario y le generó situaciones a Boca (en el primer tiempo tuvo cinco minutos, entre los 7 y los 12, en los que provocó cinco jugadas de gol), se tiró unos metros atrás para aguantar y salir de contraataque cuando se vio cansado, cuando el partido se le dio a favor.
Eso fue en el inicio del segundo tiempo, cuando al minuto Zelaya puso el 1-0 que terminó de descolocar a Boca. Sin fútbol, con un Paredes ausente y delanteros esforzados pero desconectados del resto del equipo, con una defensa (otra vez) sin garantías, apenas Erviti, de a ratos, mostró otro camino: el de la pelota al piso, la vista al frente y el juego vertical.
No le alcanzó a Boca con eso ni con el final lanzado al ataque. Ni con los cambios. Ni con la tranquilidad de saberse clasificado a la Libertadores gracias a la derrota de Lanús.
Ahora le queda al equipo de la Ribera un partido que se avecina festivo: será la despedida de Schiavi, ayer reconocido por los hinchas (“El Flaco no se va”) luego del penal fallado. Será, también, la bienvenida para el Palermo DT. Boca-Godoy Cruz tiene condimentos de sobra para que el plato principal esté vacío de fútbol. A nadie podría sorprender: esto es Boca hoy. Algo que no parece alcanzarle a Falcioni para sentarse a la mesa de Angelici y mostrar mayores argumentos que un objetivo secundario cumplido.
Bianchi elogió a Riquelme
Cuando habla, que no es muy seguido, dice cosas. Carlos Bianchi, esta vez, se dedicó a elogiar a Juan Román Riquelme. “Hoy en día es difícil encontrar jugadores cerebrales como Román, que decidan todo y manejen los ritmos del partido”, expresó el ex entrenador del club en declaraciones a Boca de Selección, por Radio Concepto. El Virrey amplió los conceptos sobre Román, a quien comparó con el francés Michel Platini: “Es un futbolista atípico, un convencido de su juego, que sabe que puede ser desequilibrante y que puede aportar lo que muchos no pueden.” Sobre su posible vuelta al trabajo, Bianchi volvió a gambetear, aunque no cerró la puerta, y dijo ver “todos los partidos”.
SILENCIO
Los jugadores y el técnico de Boca se fueron de la cancha de Arsenal sin hablar con la prensa. Mañana
el grupo volverá a entrenarse.
COMENTARIO
Desde el arranque fue para Arsenal, el que buscó el arco de enfrente con la pelota al piso y al pie, de lado a lado. Boca tuvo su momento con un penal a favor, pero que terminó fallando Schiavi: se lo entregó a la izquierda de Campestrini, que lo desvió sin problemas. En el segundo tiempo, Zelaya marcó el 1-0 en una contra letal: saque de Campestrini, yerro de Canales y buena definición cruzada del Cachi. Después pudo haber ampliado la diferencia, que debería haber sido mayor.
LA FIGURA
Carlos Carbonero: por algo usa la 10. Fue el enlace, el enganche, el mejor jugador de la cancha. Condujo, junto con Ortiz, los avances de Arsenal. Por derecha enloqueció a Clemente, por el medio a la dupla de cincos. El destacado.