«Fue un terremoto». Así bautizaron los ejecutivos de los canales deportivos el dictamen de la Comisión Nacional de la Defensa de la Competencia (CNDC) sobre la fusión entre ESPN y Fox. «Hay muchos frentes abiertos», aseguraron fuentes al tanto. El documento de 138 páginas afecta sobre todo a esas dos empresas y a su controlante, Disney. Pero también al resto de los jugadores de esa industria, porque la decisión del gobierno de evitar una «posición dominante» de la compañía del Ratón Mickey reconfigura el tablero de los deportes televisados. A continuación, todas las ventanas que se abren tras los condicionamientos oficiales a la operación de concentración económica.
El primer punto es la sociedad entre Disney-Fox Sports Premium y TNT Sports. El comunicado del gobierno instó a Disney a transmitir por señal «abierta y gratuita» los partidos de Boca o River, los dos equipos más convocantes del fútbol argentino. En Turner leyeron el texto con algo de estupor y la razón es sencilla: liberar cuatro de los partidos más atrayentes del mes tendría su correlato en los abonos del pack fútbol. El 50% del negocio en poder de Turner, en consecuencia, valdría menos. Habría menos suscriptores casi en forma instantánea. Al tiempo, las empresas se verían obligadas a renegociar el abono que le pagan mes a mes a la Liga Profesional. También terminarían perdiendo los clubes, el último eslabón de la cadena de valor.
La mañana del miércoles aportó algo de calma: «El comunicado, que tiene todas esas medidas ejecutivas, es político. Lo que importa es la resolución, con valor jurídico», consignó un abogado consultado por La Nacion. Y en la resolución, que puede verse al final de las 138 páginas del dictamen, no se habla ni del fútbol premium ni de los otros «contenidos relevantes» que están en cabeza de Fox. En concreto, la CNDC cita a Disney a una audiencia en un plazo de 15 días. Y allí la compañía estadounidense podría hacer una nueva oferta para desinvertir (hasta acá hizo dos y ambas fueron descartadas por el gobierno).
«El comunicado es una manera de sentar las bases de una negociación. Pedimos todos los contenidos y después vemos. El objetivo no es pelearnos con Disney, sino charlar», aseguraron cerca de la Casa Rosada. Otros, más cercanos a la empresa del Ratón Mickey, fueron un poco más extremistas: «Ese comunicado es un apriete. La pelota está ahora del lado de Disney. Y había mucha gente que pensaba que el gobierno podía jugar de esta manera: condicionando la fusión a la venta de los derechos, que son los principales activos de una empresa de TV por cable», razonó otro informante. Primera certeza, entonces: la audiencia convocada por la resolución gubernamental funcionará como mesa de negociación. Segunda certeza: si la intención del gobierno es «charlar» y no «herir de muerte» a Disney, no la obligará a emitir los contenidos de Fox por una señal abierta. Así, el pack fútbol no corre peligro. Es un negocio que, además, da ganancia: cerca de dos millones de personas pagan $1120 por mes.
En cuanto se difundió el comunicado del gobierno con la liberación de los partidos de Boca o de River, la sombra del Fútbol Para Todos sobrevoló a la TV de la pelota. «No es esa la intención. ¿Si el gobierno puede comprar derechos? Nos encantaría. Pero también puede presentarse a una eventual licitación y perder», dijeron en Balcarce 50. Los privados tampoco ven un escenario de estatización, tal como ocurrió en 2009, cuando el gobierno le triplicó a la AFA el ingreso por las transmisiones televisivas y firmó un contrato por una década. «¿Está dispuesto el gobierno a pagar lo que pagan Disney y Turner? El año pasado, la primera de ellas puso 45 millones de dólares para ampliar el contrato del fútbol premium hasta 2030?, recordó un ejecutivo de la industria del fútbol.
«Sería bueno que el fútbol premium, que les importa a tantos argentinos, tuviera un socio local», blanquearon, por lo bajo, cerca de la CNDC. Este puede ser uno de los objetivos del dictamen publicado el martes. La cuestión es que no hay muchos «actores vigorosos» en el mercado de la TV por cable capaces de pagar lo que pide la Liga Profesional. O de hacerse cargo del 50% que está en propiedad de Disney. Uno de ellos, que ya tiene una señal deportiva en sociedad con el Grupo Clarín, es Torneos. La productora acaba de cambiar de manos y fue adquirida por el Grupo Werthein, que tomó la operación de DirecTV y todas sus inversiones en Latinoamérica. Hubo una promesa a los funcionarios oficiales: «Invertir en el mercado del deporte por TV».
Hubo, también, un encendido discurso de Gerardo Werthein. Fue su última aparición como presidente del Comité Olímpico Argentino (COA). «Fue un mensaje de unos 15 minutos, con críticas al gobierno de Mauricio Macri», contó un testigo presencial de aquella reunión de fin de año. Esta «nueva» Torneos parece estar mucho más cerca de la Casa Rosada. Con billetera, nadie descarta que no pueda ofertar por los partidos del fútbol de primera. Después de todo, ya hace la producción integral de todas las transmisiones, un negocio millonario por el que le pagan tanto TNT como Disney. «Las ligas locales son negocio siempre», graficó un conocedor de la industria del fútbol por TV. Así, nadie puede descartar a Torneos para lo que viene.
Disney sabe que tiene que poner sobre la mesa los derechos que detentaba Fox. Sobre todo, de los eventos en vivo, porque todos los estudios de mercado arriban a la misma conclusión: los suscriptores quieren espectáculos en vivo. Partidos de fútbol, de básquet, de tenis, peleas de boxeo o luchas de MMA. Lo que sea, pero en directo y a la carta. «Un canal de TV paga vale por los contenidos en vivo», repiten como un mantra los que conocen de la industria. Así, Fox vale por sus eventos en vivo. Y el gobierno aceptará la fusión con ESPN sin ellos, de acuerdo con el comunicado del martes.
Disney tendrá que elegir dónde negociar: en la Justicia o con la CNDC. Hasta acá, hizo dos propuestas. La segunda involucró a una tercera compañía: MediaPro, con la que ya hace negocios en conjunto. El detalle de los eventos que integraban ese plan de desinversión no satisfizo a las autoridades gubernamentales porque no incluía a los espectáculos de mayor rating (entre otras razones técnicas). Disney, cuya sede fiscal está en Delaware, Estados Unidos, puede volver a proponer un acuerdo de desinversión que incluya a MediaPro, una empresa originada en Cataluña (España) cuyo administrador único es Jaume Rouras. Puede que alguien en la filial argentina haya festejado el dictamen del gobierno, pensando en el futuro. Después de todo, el mercado está tan concentrado que no hay demasiados jugadores dispuestos a invertir.
Otro interrogante es cómo queda a partir de ahora la relación entre Disney y el gobierno. Sobre todo, porque tendrán que verse cara a cara en una audiencia. Disney, además, le había cedido a la televisión pública dos partidos por fin de semana de la primera división. Fue hace algunos meses, y antes del Torneo 2021 de la Liga Profesional. Nadie comunicó que aquel acuerdo se haya caído. Hasta ahora. La incógnita final es diplomática: la Argentina, después de todo, acaba de comunicar una decisión que afecta a una de las principales empresas de entretenimiento de los Estados Unidos. Lo hizo el mismo día en que su canciller, Santiago Cafiero, se reunía con Antony Blinken para pedirle apoyo político con el Fondo Monetario Internacional.