«Sus descubrimientos han revolucionado nuestro conocimiento sobre cómo se desarrollan las células y los organismos», señaló el jurado en un comunicado.
Gurdon descubrió en 1962 que la especialización celular es reversible. Cuatro décadas más tarde, en 2006, Yamanaka demostró que las células adultas podían reprogramarse para convertirse en células madre capaces de transformarse en todo tipo de células corporales.
Sus hallazgos demuestran que las células adultas no tienen que estar eternamente confinadas a su estado de especialización. Y gracias a la reprogramación de células humanas, «científicos han creado nuevas oportunidades para estudiar enfermedades y desarrollar métodos para diagnóstico y terapia», añade el comunicado.
Para Yamanaka, recibir el galardón más importante de la medicina es un «honor enorme», señala un comunicado en la web del centro de investigación celular y aplicación (CiRA) de la Universidad de Tokio.
Además, supone una gran motivación tanto para él como para sus colegas y toda la comunidad científica que trabaja con células madre pluripotentes (iPS), para seguir investigado en el desarrollo de medicamentos y nuevas terapias eficaces.
Y es que según declaró Thomas Perlmann, del comité Nobel, Gurdon y Yamanaka han abierto «campos completamente nuevos para el desarrollo de preparados medicinales».
Urban Lendhal, también miembro del gremio de Estocolmo, señaló que «aún es pronto para decir cuándo estos hallazgos podrán aplicarse en la terapia celular». Pero «gracias al trabajo de los galardonados sabemos que el desarrollo celular no es una vía de sentido único.»
El máximo galardón mundial de la medicina está dotado con ocho millones de coronas suecas (930.000 euros 1,2 millones de dólares). La entrega del premio tendrá lugar, como manda la tradición, el 10 de diciembre, día en que se conmemora la muerte de Alfred Nobel.
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