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Escobar Gaviria quedó detenido

f_1478075711Cerca de las 21 de este martes, el cura Juan Diego Escobar Gaviria se presentó en la Jefatura de Policía de Nogoyá, y quedó detenido. El sacerdote tenía orden de captura, que había firmado a la mañana el juez de Garantías Gustavo Acosta, en el marco de la investigación abierta por abuso de un menor, alumno del Colegio Castro Barros y monaguillo en la Parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González, adonde había llegado como párroco en 2005.

Escobar Gaviria viajó desde Oro Verde, adonde estuvo refugiado en una casa de retiros, hasta Nogoyá, acompañado de sus abogados, Juan Pablo Temón y Milton Urrutia, este último querellante en la causa por abusos contra el sacerdote Justo José Ilarraz, ya procesado por la Justicia y a punto de ir a juicio oral. No dijo mucho: sólo que se enteró “por los medios” que habían librado una orden de captura en contra suya y que, previo a convocar a sus abogados, decidió presentarse. Antes, durante la tarde, los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina habían librado una orden de allanamiento en la parroquia de Lucas González.

El fiscal Uriburu dijo anoche a EL DIARIO que, en principio, Escobar Gaviria quedará detenido 24 horas, plazo prorrogable por otras 24 horas, y que el jueves se le tomaría declaración indagatoria en los Tribunales de Nogoyá. “Lo vamos a evaluar”, respondió el fiscal ante la pregunta respecto de una eventual prisión preventiva.

Apartamiento. La situación del sacerdote es comprometida.

El jueves, el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, llegó a Lucas González, enterado de un nuevo escándalo que sacude a la Iglesia, y le pidió a Escobar Gaviria que abandonase la parroquia y la ciudad, y se recluyera en una casa de retiros, sin contacto con los feligreses.

El cura, nacido en Medellín, Colombia, se alojó en la Casa Padre Lamy, de los Servidores de Jesús y de María, de Oro Verde, y este martes ya al caer la noche emprendió viaje rumbo a Nogoyá. El lunes, la curia hizo público un documento en el que explicó que no bien se conocieron los hechos, “el pasado 27 de octubre, el arzobispo dio indicaciones para que den inicio las investigaciones preliminares” según prevé el Código de Derecho Canónico, bajo la especie de “delitos muy graves”.

“Como medida cautelar –explicó la Iglesia–, el sacerdote involucrado, fue separado en esa fecha de la atención pastoral de la comunidad y se le ha impedido el ejercicio público del ministerio, según lo determina el Derecho Canónico, hasta que el proceso investigatorio culmine”. A la vez, expresó “nuestra cercanía y disposición para acompañar a todos aquellos que podrían sentirse afectados por esta dolorosa situación, quienes cuentan con nuestra disponibilidad de escucha, oración, comprensión y afecto”.

Escobar Gaviria había llegado a Lucas González en 2005, como parte de la avanzada de la Cruzada del Espíritu Santo, la orden religiosa fundada por el irlandés Thomas Wash, y que ahora dirige el cura nativo de Sri Lanka Ignacio Peries, párroco de Natividad del Señor, de Rosario. Como se trata de una congregación en formación, el Vaticano le impone tener un obispo que los dirija. En 2006, el entonces arzobispo Mario Maulión empezó a cumplir esa función.

La Cruzada abrió una casa en Paraná y trajo a varios de sus curas a incardinarse en la diócesis de Paraná. Actualmente, Maulión reside en Rosario, junto a Ignacio Peries, y en Entre Ríos Escobar Gaviria se convirtió en la última década en el más relevante de los discípulos de la Cruzada: su fama de cura sanador ha trascendido las fronteras de la localidad de Lucas González.

Pero su estrella empezó a eclipsarse la última semana cuando dos religiosas del Colegio Castro Barros denunciaron en la Justicia el caso de un alumno, quien contó de los abusos del cura. El caso lo tomó el defensor oficial, Oscar Eduardo Rossi, y luego empezaron a intervenir los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina.

Primer testimonio. Ahora, en la Justicia empezaron a escuchar los testimonios de los menores.

El primero, este martes, tiene once años y durante una hora declaró en cámara Gesell en los Tribunales de Nogoyá.

Declaró en el marco de la causa que se inició en la Justicia contra el cura Escobar Gaviria, expárroco de San Lucas Evangelista, en Lucas González. El sacerdote fue apartado el jueves de su función pastoral y trasladado a Paraná, con la orden de recluirse en una casa de retiros espirituales. Se alojó en la Casa Padre Lamy, de Oro Verde, aunque allí durante todo el día lo negaron.

Este martes, el juez de Garantías Gustavo Acosta firmó la orden de detención que le pidieron los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina. Pero la policía no alcanzó a llegar a detenerlo: se entregó por propia voluntad. Lo hizo luego de que la Justicia escuchara el duro testimonio del menor en cámara Gesell tras lo cual quedó seriamente comprometido el cura.

“Fue contundente el testimonio”, reflejó una fuente judicial, luego de oir los pormenores que brindó el menor.
La investigación sobre el sacerdote comenzó tras la presentación en la Justicia de dos monjas de la congregación Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas, responsables del Colegio Castro Barros.

Ese colegio funciona contiguo a la Parroquia San Lucas Evangelista, sobre la calle Fray Justo Santamaría de Oro, en Lucas González, una ciudad de 4.600 habitantes, a 133 kilómetros de Paraná, en el departamento Nogoyá. El chico que este martes testimonió en la Justicia es alumno de esa escuela y una de las primeras personas que oyó de los abusos fue su maestra. La maestra lo comentó a las autoridades de la escuela, y fueron las religiosas las que, previo consulta con el arzobispo Juan Alberto Puiggari, decidieron efectuar la denuncia.

El defensor Oscar Eduardo Rossi incorporó a la causa una carta escrita por la maestra del menor en la que relata los hechos. A eso, se sumó el testimonio de los padres del menor. Y lo que este martes escucharon en la Justicia. “El chico habla de tocamientos. El cura, sentado en la computadora, le tocaba el pene, lo agarraba de los testículos. Los hechos sucedieron desde el año pasado hasta principios de este año, cuando dejó de ir a la Iglesia”, agregó.

El chico cumplía funciones de monaguillo, la misma tarea que desempeñaban los otros tres menores, cuyo testimonio escucharán hoy en Tribunales de Nogoyá.

Milton, de querellante a defensor

Una figura clave se destacó en el procedimiento que concluyó con la detención, este martes, del cura Juan Diego Escobar Gaviria.

El cura tiene como abogado defensor a Milton Urrutia, querellante en la causa por abusos contra otro sacerdote, Justo José Ilarraz.

Urrutia fue pilar de las víctimas de Ilarraz, y uno de los impulsores de la investigación en la Justicia, que se abrió en septiembre de 2012.

Él mismo fue seminarista cuando Ilarraz cumplía las funciones de prefecto de disciplina en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, entre 1985 y 1993.

“Yo pertenecía al curso de ellos (dice, respecto de las víctimas que denunciaron a Ilarraz en la Justicia). Éramos del mismo curso. Y a medida que avanzábamos, seguían siendo abusados, en tercero, cuarto y quinto, y por eso era la pelea interna entre Juan Alberto Puiggari y Justo Ilarraz –el primero, director espiritual del Seminario Mayor; el otro, prefecto de disciplina del Menor, NdelR–. No había ninguna animosidad entre Ilarraz y Puiggari. Pero Puiggarí sí, lo celaba mucho, porque los chicos ya llegaban “contaminados” por Ilarraz. Estaban en tercero, cuarto y quinto, y seguían teniendo como guía a Ilarraz, que en realidad era responsable de primero y segundo. Lo buscaban a “papá” Ilarraz, porque era el que les había dado todo el amor, entre comillas; con el que compartían todo. Nadie obedecía a Juan Alberto. Incluso, cuando Juan Alberto amenazaba con expulsiones, Justo Ilarraz era quien defendía a los chicos en las reuniones. Y eso creaba una especie de devoción hacia él, hacia Ilarraz”, reveló en octubre de 2012, cuando la causa Ilarraz apenas había ganado la consideración pública.

*El cura estuvo alojado en la Casa Padre Lamy, de Oro Verde, hasta que decidió entregarse.