Ayer por la mañana, en calle Pedro Urruzola, lateral del autódromo de nuestra ciudad, ya estaban marcando y reservando los lugares, «me encanta el Turismo Carretera venimos a disfrutar la carrera, que es el 28, faltan más de 10 días y nos venimos turnando en el grupo somos 21 en total. Para que veas lo que es la pasión por el automovilismo hay 30 lugares antes que el nuestro», explica Gustavo Tarabini desde la Peña La Irupé.

El acampe es para ganar lugar, primero para sacar las entradas y, después, para tener un punto privilegiado en el trazado del circuito, a los entendedores les gusta ir donde están las curvas. «En el curvón, al lado de la recta principal, nosotros vamos a instalar un andamio y ahí vamos a ver la largada y la curva que da a los eucaliptos, tenemos una logística importante, todos aportamos algo, desde un horno para hacer empanadas hasta el disco para hacer un guiso y nunca debe faltar a los fierreros el vinito y alguna birra», contó a ElSol.

Los «chivos», hinchas de Chevrolet, conviven con los rivales históricos de las pistas, los hinchas de Ford, pero prevalece el respeto y la camaradería entre ellos. «Viene gente de La Plata y Venado Tuerto, la fecha de Concordia es una de las más importantes», dijo.
La pasión del TC también se ve sentida por la crisis, las aventuras de acampe cuestan plata. «Con lo caro que está todo se hace difícil pero entre muchos no es pesado, resignamos tiempo y yo ahora estoy jubilado», concluye Tarabini.