El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná comenzó a juzgar ayer a una mujer y su hijo por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, por el que podrían recibir una pena de entre cuatro y 15 años de prisión.
Elda Liliana Balla y Kevin Andrés Gómez, los acusados, son la madre y medio-hermano de Elbio Gonzalo Caudana, dos veces condenado por tráfico de drogas y recientemente autorizado a trabajar fuera de la unidad penal en una fábrica de hielo que montará con su pareja en la zona sureste de Paraná, según dijo él mismo.
La jornada de apertura tuvo no pocas incidencias que derivaron en una agotadora audiencia de casi siete horas. Los dos imputados declararon en extenso ante los jueces Lilia Carnero, Roberto López Arango y Noemí Berros y contestaron preguntas, tanto de su defensor Jorge Qüesta, como del fiscal José Ignacio Candioti y de los integrantes del tribunal; luego declararon los policías que realizaron las tareas de inteligencia, seguimiento y allanamiento de la vivienda de calle Gobernador Febre 945, entre Avenida Almafuerte y Lucio Mansilla de Paraná; y en medio de una testimonial el defensor hizo un pedido de nulidad de las actuaciones, por un supuesto error en la acusación respecto de la cantidad de droga secuestrada en el procedimiento.
Drogas y armas. La mujer y su hijo fueron detenidos el 8 de julio del año pasado, tras un procedimiento de más de 10 horas, en el que efectivos de la Dirección de Toxicología de la Policía de Entre Ríos incautaron 26 bochas de cocaína en distintas partes de la casa –la cocina-comedor y el dormitorio del joven Gómez–, además de un cuchillo con restos de estupefacientes, bolsitas de nylon vacías similares a las que contenían el estupefaciente y una balanza de precisión. Además, se secuestraron nueve armas de fuego y una cantidad impresionante de proyectiles, lo que también motivó otra causa penal que está en trámite en la Justicia provincial.
La droga incautada dio un peso total de 55 gramos, y la Policía aportó además videos de vigilancia realizada durante tres meses por la Policía en los que se observa a personas que llegan caminando, en moto o en auto, se aproximan a la reja que antecede el ingreso a la vivienda y realizan operaciones tipo pasamanos. Algunos ingresan a la casa y permanecen no más de dos minutos.
En una de las filmaciones se alcanza a observar a una persona que se acerca a la reja y, en una rápida maniobra, recibe un envoltorio y entrega algo que se presume es dinero. Durante la audiencia de ayer, Gómez admitió ser la persona que está en el interior de la casa, en el video exhibido, pero aseguró que lo que está entregando es un arma.
Según consta en el expediente, y lo ratificaron ayer los policías que declararon como testigos, el desfile de personas por la casa de calle Gobernador Febre fue incesante en los meses de mayo y junio, previamente al allanamiento.
Inconsistencias. Como se dijo, Balla y Gómez prestaron declaración indagatoria ayer ante el tribunal. Contestaron todas las preguntas que se les formularon e intentaron largas explicaciones, pero tropezaron en algunas inconsistencias notorias. En primer lugar, la mujer introdujo como novedad el hecho de que en el último mes, antes del allanamiento, había estado viviendo en la casa una tercera persona, a la que identificó como “Daniel”, un amigo de su hijo. De inmediato surgió como duda por qué no lo había manifestado durante la etapa de instrucción. Sus alegaciones no fueron contundentes y sólo manifestó que no confiaba en el muchacho porque “andaba en cosas raras”, pero aclaró que tampoco tenía diálogo frecuente con él. Más tarde, la declaración de Gómez hizo resquebrajar los dichos de su madre. El muchacho dijo que “Daniel” era alguien que “a veces se quedaba a dormir en la casa”. Y tampoco en ese punto coincidieron: mientras la mujer dijo que el muchacho dormía en el comedor, su hijo declaró que “Daniel” se quedaba en su dormitorio.
Para hoy, en la continuidad del debate, está previsto que continúe la declaración de los testigos y se realicen los alegatos. La sentencia podría conocerse esta tarde.
Genealogía
Elda Liliana Balla tiene 50 años y está actualmente detenida en su domicilio por un problema de salud. Además de Kevin Gómez, es la madre de Elbio Gonzalo y José Oscar Caudana, ambos cumpliendo penas por tráfico de estupefacientes. La mujer es también hermana de Carlos y Oscar Balla, el primero, exintegrante del grupo parapolicial Comando Paraná, que era el brazo entrerriano de la Triple A y condenado a reclusión perpetua por el crimen del escribano Rubén Calero, perpetrado en 1991; el segundo, ex titular de la Dirección Provincial del Trabajo de la provincia.
Fuente: El Diario