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La piel y el sol: los errores que cometemos todos

Cuando nos disponemos a estar al sol es común que tomemos alguna precaución “para no quemarnos mal o que nos arda la piel”. El recuerdo de alguna experiencia desagradable previa suele ser nuestra principal alerta.

La piel clara, la exposición solar prolongada, los horarios del mediodía y la falta de cuidados son la principal causa de quemaduras solares. Los días nublados (resolana) son muy traicioneros: nos parece que no hace falta protegernos. Pero nuestra piel nos informa que estábamos equivocados unas horas después: la sentimos caliente, ardida y dolorida; no toleramos el contacto de la ropa. La observamos enrojecida, tirante e incluso puede tener ampollas. Con los días, la piel se cura y aparecen manchas, como pecas, que serán la marca imborrable de la quemadura de sol.

Esa quemadura es capaz de provocar un daño en las células de la piel que puede no ser reparado. Y se produce un efecto “bola de nieve”: las células se siguen deteriorando paulatinamente. Así es como puede generarse el cáncer de piel.

“Evitar la quemadura aguda es el objetivo inicial de protección al decidir estar al sol. Para eso debemos exponernos poco, en horarios alejados del mediodía, usar ropa, sombreros, anteojos, buscar la sombra (de árboles, toldos) y cremas protectoras solares”, explica la doctora Ana de Pablo, dermatóloga y coordinadora de la 21ª Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel que desarrolla la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) hasta el lunes próximo.

“La quemadura no es la única forma de daño solar. Aunque no suframos ardor o ampollas, el color bronceado adquirido también es señal de agresión sobre las células de la piel. Ese tono agradable no significa que estemos “curtidos”: es la forma como la célula intenta “taparse” o bloquear los rayos ultravioletas que la están lastimando, y que a largo plazo, son tan nocivos como la quemadura solar”, añade la experta.

Entre los errores que suelen cometerse a la hora de cuidarse del sol, de Pablo enumera: Tomar sol aumentando paulatinamente el tiempo de exposición sólo evita quemaduras, pero no disminuye los riesgos de enfermar la piel.

1. Disminuir la potencia de los protectores solares con el paso de los días también es perjudicial para la salud.

2. Exponerse a camas solares para broncearse rápido “sin ponerse rojo ni sufrir”, hará que la piel sufra en el futuro.

3. Disminuir los cuidados frente al sol en la vida adulta “porque la piel es más resistente” es peligroso. La reacción a nivel de las células es igual a lo largo de toda la vida. El tener una piel más oscura nos protegemos de la irritación aguda, pero no de la agresión de largo plazo.

4. Ponerse protección solar solamente en áreas sensibles (labios, nariz, cuero cabelludo en caso de calvicie) nos evita la quemadura en ese sitio pero no nos ayuda al cuidado de la piel en general.

5. Las quemaduras solares, especialmente ante de los 18 años de edad, aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel potencialmente grave (melanoma).

CAMPAÑA EN TODO EL PAIS

Hasta el lunes próximo la SAD desarrolla en todo el país la 21ª Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel, con el objetivo de concientizar y educar a la población acerca de la importancia del cuidado de la piel.

Durante la Campaña se realizarán consultas gratuitas en diversas instituciones y consultorios médicos. Para consultar los centros adheridos y pedir turno, ingresar a www.cancerdepiel.org.ar. También se puede llamar a una línea gratuita de consultas: 0800 – 999 – 0723