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La tasa de trabajo infantil se redujo el 66 por ciento en los últimos ocho años.

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Los datos son resultados preliminares elaborados por el Indec, sobre la base de registros del tercer trimestre del año pasado, recolectados mediante un cuestionario anexo a la encuesta anual de hogares para complementar la información socioeconómica referida a la población urbana de entre 5 y 17 años, a la que divide en dos grupos: uno de entre 5 y 13 años, y otro de entre 14 y 17.

“Es una excelente noticia. La erradicación del trabajo infantil en Entre Ríos es una política de Estado”, sostuvo el ministro de Trabajo, Guillermo Smaldone, al ser consultado sobre los datos que se desprenden del estudio. «Nos pone muy contentos que se refleje en la realidad el trabajo que se está haciendo a nivel nacional y provincial en lo que a la erradicación del trabajo infantil se refiere. Los niños que dejan de trabajar son niños que vuelven a las escuelas, niños que tienen tiempo de educarse, desarrollarse, descansar y jugar», aseguró el ministro.

En este sentido, precisó que «hoy, en nuestro país, de los 5.376.316 de niños y niñas de 5 a 13 años, el 98,7 por ciento (5.306.520) asiste a clases, lo cual constituye una cifra impresionante. Y entre la población de 14 a 17 años, que es de 2.590.898 de chicos, el 89,1% (2.308.000) asiste al colegio».

«Por supuesto que estos números son muy alentadores, pero el objetivo no estará cumplido si no profundizamos lo hecho hasta ahora. Debemos seguir trabajando para terminar definitivamente con el flagelo de los niños trabajadores en nuestro país. No hay excusa ni argumento posible para que el trabajo infantil no desaparezca en un país como la Argentina», indicó Smaldone, y señaló que “ya es tiempo de sancionar penalmente a quien se beneficia del trabajo de los niños”.

“Si queremos seguir avanzando hacia un país libre de trabajo infantil es fundamental que se apruebe el proyecto de ley que lo sanciona penalmente, estoy convencido de que solo así conseguiremos erradicarlo de una vez por todas. El hecho de que se pueda condenar a los responsables de la explotación infantil constituiría un paso muy importante y se ubicaría en sintonía con la lucha que se está impulsando a nivel nacional y provincial para erradicar la problemática finalmente”, manifestó el titular de la cartera laboral.

Luego indicó: “Los niños trabajadores se ven imposibilitados de ir a la escuela, o limitados en el rendimiento escolar. El 85 por ciento de los niños que trabajan sufren de dos a tres años de retraso escolar y están en grave riesgo de abandonar la escuela, de hecho, tres de cada cuatro niños trabajadores abandonan los estudios”.

Y agregó: «Es fundamental terminar con este flagelo para cortar definitivamente con el circulo vicioso de la pobreza; los niños que trabajan llegan a la edad adulta sin la preparación necesaria para acceder a ocupaciones calificadas, circunstancia que les impide modificar su situación de precariedad laboral”.

Finalmente, Smaldone aseguró que «si desde las provincias acompañamos el trabajo que se viene haciendo desde Nación podemos transformar a la Argentina en un país en el que sólo trabajen los adultos. Desde el gobierno de Entre Ríos ya hace tiempo que venimos luchando en todos los frentes contra el trabajo infantil y trabajando todos los días para construir una Entre Ríos donde los niños jueguen y vayan a la escuela, y los grandes tengamos más y mejor trabajo, seguro y registrado”.

Encuesta Anual de Hogares Urbanos
De acuerdo con los registros que el Indec relevó en el tercer trimestre de 2012, en los últimos ocho años la tasa de trabajo infantil bajó en Argentina.
El 2 por ciento de niños y niñas de entre 5 y 13 años trabaja al menos una hora por semana. Entre chicas y chicos de 14 a 17, el porcentaje se eleva al 9,1 por ciento. En ambos casos, los números indican un descenso con respecto del último relevamiento realizado en 2004. Además, el estudio realizado sobre la base de datos de la Encuesta Anual de Hogares Urbanos señala que la mayoría de chicas y chicos cree que las actividades laborales “sirven para aprender”.

«La diferencia entre 2004 y 2012 muestra que hay reducciones importantes, en particular porque entre una muestra y otra se evidencia una reducción del 66 por ciento en la franja etaria más delicada, la de los niños más pequeños, los de entre 5 y 13 años», explicó el ministro Guillermo Smaldone.

La recolección de datos diferenció tres tipos de actividades consideradas laborales: actividad económica, es decir, aquella capaz de generar dinero; actividad productiva para autoconsumo y tarea doméstica intensa (que puede interferir con el estudio, el juego y el descanso, porque implica más de 10 horas para chicos de hasta 13 y 15 o más horas para adolescentes). Para el relevamiento, se obtuvieron datos de cerca de 8 millones de niñas y niños (el 67,5 por ciento de entre 5 y 13 años; el 32,5 de 14 a 17) residentes en hogares particulares de localidades de dos mil o más habitantes de todo el territorio nacional.
De acuerdo con los últimos datos, de los chicos de entre 5 y 13 años, el 2,2 por ciento realiza alguna actividad económica, el 1,4 alguna actividad productiva para autoconsumo y el 2,4, tareas domésticas intensas. Para los chicos de entre 14 y 17, esos rubros se incrementan: 14,6 por ciento realizan actividad económica, el 4,9 desarrolla una actividad productiva para autoconsumo y 7,8 trabaja en tareas domésticas intensas. En 2004, la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes había registrado cifras sensiblemente superiores: en la primera franja, el 6,4 se dedicaba a alguna actividad económica; el 3,4 por ciento, a alguna actividad productiva para autoconsumo; el 5,9 por ciento, a alguna tarea doméstica intensa. En la segunda franja también esos números eran mayores en 2004: 19,1 por ciento, 6 por ciento y 11,7 por ciento, respectivamente.

De las chicas y chicos menores de 14 años que trabajaron, el 84,1 por ciento lo hizo durante menos de 10 horas a la semana; de los que tienen entre 14 y 17, ese grupo desciende al 52 por ciento. Además, casi el 60 por ciento de niños y niñas de la primera franja etaria que trabajó lo hizo ayudando a sus padres o algunos otros miembros de la familia. Entre los de 14 a 17, el porcentaje de quienes trabajaron en ese caso fue el 43,2.

Los responsables del estudio observaron que muchas veces el trabajo se da en espacios en que niños y niñas están bajo el cuidado de sus padres, con poca diferenciación entre la vida familiar y la actividad económica. Es justamente esa combinación de mundos lo que explica, sostienen, que una abrumadora mayoría de los chicos no perciba estas tareas como pesadas o disruptivas. Para el 90,8 por ciento de los menores de 14, ese trabajo fue grato, por lo que respondieron que les gusta hacerlo. El 66,5 por ciento, además, refiere que participar de esas tareas le sirve para aprender. Entre los mayores, el porcentaje desciende un poco, pero sigue siendo claro: el 73,3 por ciento dice que le gusta trabajar; el 70,4, que esas actividades les sirven para aprender.

Por otra parte, el 2,1 por ciento de los chicos de entre 5 y 13 realizó actividades productivas para el autoconsumo; el 2,6 realizó tareas domésticas por más de 10 horas semanales. Las proporciones se incrementan entre los mayores: el 7,5 por ciento hizo actividades productivas para autoconsumo; el 8,9, tareas domésticas intensas. En los dos grupos etarios la escolarización es elevada: el 98,7 por ciento en el de chicos de 5 a 13; el 89,1 entre los chicos de 14 a 17.

 

Fuente: Entre Ríos.