Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey compartieron una cumbre este miércoles en la Casa de Salta, donde acordaron ir en un espacio conjunto, al filo del cierre de alianzas. Después de semanas de negociaciones muy tensas, el gobernador finalmente cedió y aceptó ir como vice en la fórmula con el ex ministro.
Mientras que desde el entorno de Lavagna aseguraban esta mañana a LPO que el acuerdo estaba cerrado y encabezaría la boleta, cerca del salteño todavía resistían y buscaban desmentir que los lugares de la fórmula estuvieran definidos. El socialista Miguel Lifschitz, que apuntaba a ser el vice, se enteró de la noticia a través de los medios, pero ni siquiera lo invitaron a la mesa de discusión.
La confusión es sólo una muestra de las operaciones cruzadas que circularon en ese espacio durante días. Es que Alternativa Federal quedó completamente desdibujada luego de la fuga de Sergio Massa a las filas kirchneristas y la decisión de Miguel Pichetto de pegar el salto al oficialismo no le dejó opción a Urtubey, que sabía que para sobrevivir como tercera vía debía acordar con Lavagna.
El problema es que el ex ministro se negó todo este tiempo a ir a una PASO y, llegado el día de cierre de alianzas, no daba señales de ceder. Sin forma de llegar a un acuerdo, el salteño accedió a ir como su vice. Sin embargo, hasta el último minuto en su círculo íntimo especulaban con cuál era su mejor opción y varios le sugerían que fuera como senador por su provincia.
El gran factótum de este acuerdo fue Luis Barrionuevo, que logró mantener a Lavagna como candidato y cerrar a Urtubey en ese espacio. En la cumbre sorprendió además la presencia de su esposa, la diputada Graciela Camaño, ya afuera del Frente Renovador a raíz del acuerdo de Massa con Alberto Fernández.
Una posibilidad, no confirmada desde el espacio, es que Camaño termine como candidata a gobernadora en la Provincia. Lo curioso es que esa opción beneficiaría a María Eugenia Vidal, ya que podría restarle votos al peronismo, mientras que la fórmula nacional de Lavagna-Urtubey tiene un impacto muy negativo para el gobierno de Macri.
El anuncio ya genera fastidio la Casa Rosada, donde saben muy bien que ambos candidatos restan votos a Cambiemos. En el Gobierno tienen la esperanza de que esta tercera vía no haga un buen papel en las PASO y quede diluida para la elección general. Especulan, además, con que los votos de ese espacio irán para Macri en un eventual ballotage. El problema es que, de crecer, podría ser funcional para el objetivo primordial de los Fernández, que es ganar en primera vuelta.
En el comunicado que compartieron después de la reunión, Lavagna y Urtubey fundamentaron su decisión en que la mayoría de los argentinos reclama una «alternativa superadora» y critican la «pretendida» polarización entre Macri y Cristina.
«En momentos donde priman los proyectos personales por sobre las convicciones, es más necesario que nunca, tener actitudes generosas y democráticas que estén a la altura de las circunstancias. Consenso Federal propone un camino de transformación que hoy resulta imperioso para la Argentina y el bienestar de sus habitantes, dejando atrás, de una vez y para siempre, la grieta que tanto daño ha causado», describen.