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Los condenaron por trata y también fue sentenciado por amenazar a dos juezas

El teléfono fijo de la casa de la jueza Noemí Berros sonó un domingo a la noche. Alguien atendió y la voz de un hombre del otro lado advertía: “Le voy a poner una bomba en la casa, si mañana no me da la falta de mérito, mañana me dan la sentencia”. Durante ese día y los anteriores, fueron cinco llamados en total tanto en la casa de Berros como en la de Lilia Carnero, ambas integrantes del Tribunal Oral Federal de Paraná, por parte de Carlos Montiel, un hombre que al día siguiente iba a ser condenado a cuatro años de prisión por explotación sexual. Esa pena ya la cumplió hace rato, y este jueves le impusieron una sanción más dura aún por aquellas amenazas proferidas en 2012: cinco años de cárcel.

El 29 de octubre de 2012, Montiel recibió la condena por el delito de Trata. Se acreditó la situación de captación de la víctima de 19 años en un hecho que ocurrió entre el 4 y el 7 de mayo de 2009, cuando una joven radicó una grave denuncia: que un hombre y una mujer la fueron a buscar a su casa en la localidad de San Vicente, provincia de Misiones, bajo la promesa de un trabajo digno, y la llevaron engañada para ejercer la prostitución en el prostíbulo El Desafío, de Concordia.

Montiel acordó cinco años de prisión domiciliaria por las amenazas a las juezas del Tribunal Oral Federal de Paraná.

Poco antes de la sentencia, Montiel levantó el teléfono y llamó a los teléfonos particulares de dos de las integrantes del Tribunal. A las 13 del 26 de octubre, llamó a Mariana Montefiori, hija de la jueza Carnero y le pidió que le transmitiera un mensaje a su madre: “Que se deje de joder con Carlos Montiel porque si no los iba a hacer mierda a todos”, le dijo.
A la noche insistió: entre las 20.30 y 21 llamó directamente a Carnero y le manifestó que quería que el Tribunal le dictara “falta de mérito”, o de lo contrario iban “a morir como perros”, en alusión a la persona de la magistrada y su familia. Además, agregó: “No me importa nada, yo manejo la droga y prostíbulos en Concordia”.

Luego de esos llamados, marcó en el celular el número de la línea de Noemí Berros. Le dijo a quien lo atendió: “Dígale que yo soy Carlos Montiel, y que más vale que el lunes me dé falta de mérito porque si no la voy a hacer mierda a ella y a toda su familia. Me llamo Carlos Darío Montiel, usted dígale eso. Estoy por una trata. El hijo de puta del fiscal Candioti me dio seis años, más vale que ella me dé falta de mérito… dígale que la voy a hacer mierda a ella, a toda su familia y a usted también”.

Unos 20 minutos después, Montiel habrá dudado de si su mensaje quedó claro o no, por lo que insistió: “Dígale a la hija de puta de la doctora Berros, que yo no tengo nada que perder, que estoy jugado, y que manejo toda la droga y las putas de Concordia… que la voy a hacer mierda si no me da la falta de mérito”.

Dos días después, en la víspera del veredicto, volvió a llamar a la casa de Berros: “Dígale que mañana me dé la falta de mérito nomás, porque le voy a poner una bomba en la casa (…) mañana me tiene que dar el veredicto, ella y Lilia Carnero y el juez de mierda que me quiere condenar también… Arango, López Arango Roberto. Ella sabe lo que tiene que hacer, yo manejo toda la mafia de Concordia”. Por las dudas, también amenazó a quien le había atendido el llamado: “Y a usted le voy a meter un tiro en la cabeza ¿sabe?”.
Según se plasmó en la acusación, “el accionar ilícito se materializó con el propósito de obtener la medida de absolución en la causa por la cual se encontraba en juicio”.

Los hechos fueron denunciados, se formó un expediente en la Justicia Federal y casi nueve años después las partes llegaron a un acuerdo de juicio abreviado. El fiscal general José Ignacio Candioti y la defensora oficial Noelia Quiroga, presentaron el pedido de condena de cinco años de prisión para Montiel, quien en una audiencia confesó y consintió cumplir esa sanción, por el delito de Coacciones calificadas en razón de los propósitos perseguidos por el autor. Se precisó que, en virtud de los problemas de salud que padece, cumplirá la pena bajo en régimen de prisión domiciliaria.

Fuente: (Uno)