Bajo una lluvia persistente, temperaturas inferiores a los cuatro grados y un viento que azota su costa sin pausa, los habitantes de las Islas Malvinas, el archipiélago más famoso del Atlántico Sur, buscarán recuperar entre hoy y el lunes la atención mundial. Lo harán en medio de una agenda marcada por la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez y el inminente comienzo de un nuevo cónclave en Roma para elegir al próximo Papa. Las dos noticias recorrieron el mundo, pero impactaron de lleno en Argentina, el principal destinatario del mensaje político que votarán 1650 kelpers habilitados para sufragar: serán los protagonistas de un plebiscito organizado por el gobierno isleño del Reino Unido para confirmar su status político y continuar como colonia de ultramar de la corona británica.
Los pronósticos hablan de un 99% a favor de la pertenencia británica. Algunos se animan a relatar un resultado «cantado» del 100 por ciento. La postal será previsible para el mundo, pero necesaria para reafirmar la identidad de los isleños, admiten en las oficinas de la administracion colonial de Puerto Stanley, la única ciudad de las islas, que entre abril y junio de 1982 fue bautizada Puerto Argentino, durante el intento argentino de la última dictadura militar por recuperar el archipiélago.
El plebiscito buscará reflejar el presente de los 3000 habitantes que viven a decenas de miles de kilómetros del reino cuya nacionalidad reclaman, pero a escasa distancia del territorio continental más próximo que, esta vez, rechazarán a través de un detallado operativo electoral que comenzará hoy a las 8 de la mañana, con un centro de campana en el corazón de la ciudad, cuatro puestos móviles y dos aviones que llegarán a los rincones mas inhóspitos de la isla para recibir votos