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La oposición pone más bancas en juego que el oficialismo.

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Entre Ríos renueva este año sus tres senadores y cinco de sus nueve diputados nacionales. Cada cámara se integra de un modo distinto en su representación.
Por imperio de la reforma constitucional de 1994, cada provincia tiene tres representantes en el Senado de la Nación: dos por la mayoría política uno por la segunda fuerza electoral. En el caso entrerriano, los dos de la mayoría son del Frente Justicialista para la Victoria: Pedro Guillermo Guastavino y Elsa Ruiz Díaz (que reemplazó a Blanca Osuna cuando ésta fue electa intendenta de Paraná en 2011) y la tercera banca es de la UCR, ocupada por Arturo Vera.
Por disposición constitucional, el partido que gane en las próximas elecciones se llevará dos senadores y el que salga segundo, el tercero. Es decir que el oficialismo entrerriano necesitará de un triunfo (aunque sea por una mínima diferencia) para mantener su nivel de presencia en el Senado. Y no tiene posibilidades de aumentar esa representación, porque aunque ganase por una amplísima diferencia, la Constitución le reserva una de las tres bancas a la minoría política en el Senado.
Así las cosas, si el radicalismo entrerriano no quiere perder presencia en el Senado deberá al menos mantener el segundo lugar en las elecciones de octubre. En los comicios de 2011, la UCR estuvo sólo a tres mil votos (medio punto porcentual) de perder esa condición para la categoría Gobernador, con el Frente Entrerriano Federal (FEF) del ex gobernador Jorge Busti pisándole los talones. Aunque para la categoría diputado nacional, el segundo lugar fue más claro para la UCR, con 60.000 votos de diferencia sobre el tercer puesto que, con el FEF sin participar en esta categoría de cargo, fue ocupado por el Partido Socialista que en este tramo de la boleta jugó separado de la UCR. La elección de 2011 tuvo mucha complejidad en su oferta electoral.
Los comicios de este año son más simples, de medio término, como las legislativas de 2009, cuando la UCR, en alianza con sectores del agro, supo capitalizar el malestar que dejó la pelea de las entidades rurales en contra de las retenciones.
Ahora, una parte de esa franja del electorado podría encontrar representación en la candidatura del presidente de la Federación Agraria, Alfredo de Angeli. Pero aún está lejos de definirse el abanico político que podría confluir en un espacio en el que, por lo pronto, sólo está el PRO (2,5% de los votos en 2011) y algunos sectores marginales del peronismo disidente, sin la participación de Busti.
Como sea, para que De Angeli se siente en una banca del Senado de la Nación necesitará, como mínimo, desplazar a la UCR de su condición de principal fuerza de la oposición en Entre Ríos.

En juego. La representación política de la Cámara de Diputados es distinta a la del Senado. Aquí sí tiene importancia la diferencia que obtenga un partido sobre otro, porque las bancas se distribuyen en forma proporcional a los votos obtenidos, ya que los diputados representan al pueblo de la Nación y no a las provincias.
Por su población, Entre Ríos tiene nueve diputados nacionales, cinco de los cuales se renuevan en este turno electoral. Son los cinco diputados que fueron electos cuatro años atrás, en aquellas elecciones que ganó la UCR, como partido dominante del Acuerdo Cívico y Social que integró con la Coalición Cívica. En consecuencia, son estos dos partidos los que ponen más en juego en las próximas elecciones de octubre.
Por la UCR, culminan su mandato dos de sus tres diputados: Atilio Benedetti y Jorge Chemes (agrodiputado que se sumó el bloque de la UCR).
Por la Coalición Cívica, cumple en diciembre su mandato Hilma Ré (dirigente de la Sociedad Rural impulsada en su momento por Patricia Bullrich y Elisa Carrió).
El FEF pone en juego su única banca, que ocupa Cristina Cremer de Busti desde 2007 (y que reasumió, luego de renunciar, en 2009 como candidata del peronismo unido “en la diversidad”).
Y el Frente para la Victoria, también una, la que ocupó en 2009 Raúl Barrandeguy, que ese año fue compañero de lista de Cremer.
Si en el Senado el oficialismo provincial no tiene chances de aportarle más legisladores al gobierno de Cristina Fernández (aunque gane por una amplia diferencia, seguirá teniendo dos), en la Cámara de Diputados se le abre al gobernador Sergio Urribarri, como jefe político del peronismo entrerriano, la posibilidad de recuperar presencia en el Congreso de la Nación.
Con sólo ganar la elección y sin necesidad de repetir el excepcional 56% con el que Urribarri fue reelecto en octubre de 2011, el Frente Justicialista para la Victoria de Entre Ríos podría quedarse con tres de las cinco bancas que se renuevan este año. Pasaría, en tal hipótesis, a ganar dos escaños (se va Barrandeguy); con lo cual, de los actuales cuatro diputados, pasaría a tener seis. Y a la oposición le quedarían sólo tres. Ese sería, en una estimación conservadora del oficialismo, el mapa político que en el Congreso tendría Entre Ríos durante el tramo final del mandato de Cristina, que según la Constitución en vigencia es el último.

 

Fuente: El Diario.