No es la primera vez que sucede. El año pasado, vecinos de Quilmes levantaron un muro «antiladrones» de dos metros y medio de alto y alambre electrificado. En 2009, el intendente radical de San Isidro, Gustavo Posee, construyó una pared que impedía a la gente del barrio de Villa Jardín cruzar por cuatro calles al barrio de La Horqueta. Bajo la bandera de la lucha contra la inseguridad, muchos fueron y siguen siendo los que optan por segregar y alejar a los habitantes de las villas.
Y así lo demuestra este nuevo caso en la localidad mendocina de Las Heras, donde la clase media del barrio Covirpol levanta por estas horas un muro para separarse de un asentamiento precario. La iniciativa cuenta con el visto bueno del municipio encabezado por el justicialista Rubén Miranda.
La Infantería está en el lugar luego de los enfrentamientos entre los vecinos. (Gentileza: elsolonline.com)
Para los del Covirpol, en su mayoría ex policías, los otros son «usurpadores» y «delincuentes». «Hace tiempo que venimos teniendo problemas; los chicos no pueden salir a la calle, a todos nos han robado por lo menos una vez», afirmó una de las vecinas.
Según el diario El Sol, el conflicto entre los dos barrios comenzó en el 2008, pero se agravó la semana pasada cuando los vecinos de la villa se enteraron del proyecto separatista de sus coterráneos y se desató una batalla campal en la zona.
«El muro no era lo que uno quería, pero fue la única solución para poder bajar la conflictividad y la violencia. No hay manera de hacer una mediación porque ni la gente del barrio ni los del asentamiento están organizados», argumentó el intendente de Las Heras, quien si bien admitió que no se puede estigmatizar, lanzó: «Hay que reconocer que esa gente es usurpadora, pero los dueños de los terrenos tampoco se movieron para desalojarlos».
Pese a sus declaraciones, el jefe comunal comentó que están en tratativas con el Instituto Provincial de la Vivienda de Mendoza para encontrar una solución habitacional digna destinada a las familias que viven en la villa.