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Ocho consejos para afrontar el calor durante el embarazo

Las altas temperaturas exigen que las personas tomen ciertos recaudos para evitar golpes de calor y otros efectos negativos sobre la salud. Y en esta época del año es fundamental que las embarazadas se cuiden todavía más.

A continuación, algunos de los consejos que los expertos brindan para que ellas tengan en cuentasegún Doctor Vid:
1) Sol con moderación. Es importante tomar el sol con moderación, en horarios que no sean dañinos y utilizando cremas solares de alta protección. Así, se evitará la aparición de las temidas manchas en la piel.

2) Actividad física. Los ejercicios suaves son muy beneficiosos durante el embarazo. Por ejemplo, la natación en verano es un deporte muy saludable ya que fortalece la musculatura, proporciona elasticidad a las articulaciones, no se realizan movimientos bruscos y, además, refresca.

Hay que recordar que en el agua pesamos menos y movernos en ella es más fácil para una embarazada. Sólo hay que evitar los baños en el último mes, por si se produce la rotura de la bolsa. Las caminatas también son muy recomendables -a no ser que estén contraindicadas por prescripción médica-. Lo ideal es aprovechar la primera hora de la mañana o la última de la tarde, evitando las horas de más calor.

3) Buena hidratación. Con el calor, la futura mamá debe mantenerse bien hidratada. Es recomendable ingerir alrededor de 2 litros diarios de agua. Además, gracias a ella, algunos de los síntomas provocados por los cambios hormonales mejoran o, por lo menos, empeoran: estreñimiento, piernas hinchadas y cansadas, regulación de la temperatura corporal, entre otros.

4) Alimentación equilibrada. En la dieta de una embarazada no debe faltar ni la calidad ni la variedad de alimentos, por lo tanto deberán estar presentes cereales, frutas, verduras, pescado (fundamentalmente azul, que contiene grasas más saludables), carnes, huevos y lácteos.

Con la llegada del calor, lo ideal es optar por platos fríos, como las ensaladas de legumbres, verduras y frutas variadas. Además, en vacaciones es habitual salir a comer fuera, por lo que no hay que olvidar las precauciones básicas a la hora de elegir el menú y comer pequeñas cantidades.

5) Ropa cómoda y fresca. Cuando se espera un bebé, el calor del verano puede resultar más sofocante que nunca. Los tejidos naturales, como el algodón o el hilo, permiten que traspire mejor la piel y alivian la sensación de calor. Además, es mejor llevar ropa holgada y de colores claros ya que absorben menos la radiación solar. En cuanto al calzado, las sandalias son una opción ideal, porque no comprimen el pie.

6) Para bajar la temperatura. Un truco para mantener la casa fresca, si no se dispone de aire acondicionado, es abrir las ventanas a primera hora de la mañana y, después, mantenerlas cerradas hasta el atardecer. Las duchas de agua fría o tibia son otra fórmula para aliviar la sensación de calor y sentirse mucho más fresca. Esto hay que hacerlo gradualmente. Hay que recordar que los cambios bruscos de temperatura no son recomendables ni en verano. Sumergir los pies en agua fría también ayudará a calmar un poco el calor corporal.

7) Masajes. El masaje durante el embarazo puede resultar muy beneficioso, ya que ayuda a eliminar la retención de líquidos, a relajar los músculos y a mejorar la circulación. De todas formas, se debe consultar al obstetra antes de hacértelos. Por otro lado, puede ayudar no estar mucho tiempo parada, no cruzar las piernas al sentarse, elevar los pies en la cama o acostarse de lado, que ayuda a disminuir la hinchazón de las piernas.

8) Evitar viajes largos. Durante el final del embarazo es más incómodo moverse y permanecer sentada durante mucho tiempo. Por ello, es aconsejable no desplazarse a más de 500 km en auto u ómnibus. Si el viaje es en auto, una buena pauta es no viajar más de cinco o seis horas seguidas en el día y es importante parar cada dos horas para hacer una pequeña caminata. Si el viaje es en avión, es importante hacer gimnasia moviendo los pies y flexionando las rodillas, aún estando sentada, durante unos cinco o diez minutos por cada hora de vuelo.