El Tribunal Oral Federal de Paraná daría a conocer hoy la sentencia en el juicio contra un hombre acusado de regentear un kiosco de venta de droga en el barrio Francisco Ramírez de la capital provincial. Se trata de Gustavo Adolfo Altamirano, de 39 años, a quien le encontraron marihuana y cocaína, que estaban dentro de varias bolsas de consorcio y ocultos debajo en una frazada, en la terraza de la vivienda.
El fiscal José Ignacio Candioti pidió que Altamirano sea condenado a cuatro años y seis meses de prisión y que se le imponga el pago de una multa de 3.000 pesos como autor del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. El defensor de Altamirano, Juan Carlos Rubio Pérez, expondrá hoy su alegato ante el tribunal. De su actuación en el juicio y de los dichos del propio imputado se presume que insistirá en que la droga no le pertenecía y cuestionará la actuación policial durante el procedimiento. El propio imputado, por ejemplo, cuestionó la capacidad de los testigos civiles que validaron el operativo policial.
El 14 de noviembre de 2013, una comisión policial se presentó en la casa de Altamirano con una orden de allanamiento en busca de armas. Los tiroteos que se habían producido en los días previos y los problemas suscitados entre vecinos por la venta de drogas en el barrio habían promovido el operativo.
En la vivienda ubicada en una planta alta, sobre calle Arroyo Grande, los policías solo encontraron proyectiles, pero no armas de fuego. Sin embargo, en la terraza hallaron también dos bolsas de consorcio, cubiertas con una frazada, que contenían 2,461 kilogramos de marihuana y 332 gramos de cocaína; también elementos para el estiramiento de la cocaína, una balanza de precisión, recortes de nylon, precintos, 10.122 pesos en monedas y billetes de distinta denominación y 28 teléfonos celulares. Esos elementos, y los testimonios producidos durante el juicio, constituyen la base de la acusación que formuló el fiscal Candioti.
LA DROGA EN EL PATIO. El fiscal Candioti aseguró que la droga le pertenecía a Altamirano: “Era su patio, ahí lavaba y colgaba la ropa y ahí guardaba la droga con destino de comercialización”, aseguró en un tramo de su alegato.
Además, defendió el accionar de la Policía durante el procedimiento, a raíz de los cuestionamientos lanzados por Altamirano durante su indagatoria ante el tribunal. Candioti dijo que “se actuó con una orden judicial, se allanó dentro del horario permitido por la jueza (Elisa Zilli, de la justicia provincial), en el acta se dio cuenta de la participación de cada uno, se dejó constancia de las razones por las cuales no hubo testigos civiles y se actuó con un delegado judicial”.
El fiscal señaló que el propio Altamirano admitió en su indagatoria “que los vecinos no quería salir como testigos”, pero contrapuso esa circunstancia con presencia de un representante del Poder Judicial entrerriano: “Qué mayor control que la presencia de un delegado judicial”, enfatizó.
Hoy será el turno de la defensa. Se espera que luego el tribunal integrado por Lilia Carnero, Roberto López Arango y Noemí Berros dé a conocer su veredicto.
Fuente: El Diario