Agustín Centini, guardameta de Colón de Colonia Caroya, cubría los tres palos ante Atlético Carlos Paz sin saber que en uno de los ángulos del arco se encontraba un panal de abejas.
El arquero tomó conocimiento de esto cuando en un momento determinado la pelota impactó en el travesaño, justo en el sector donde se encontraban los insectos.
De inmediato, Centini recibió la picadura de decenas de abejas, que lo obligaron a salir del campo de juego para que lo asistan. Luego de algunos minutos, pudo continuar.
El arquero y capitán del equipo de Colonia Caroya, que quedó libre a los 20 años de Talleres de Córdoba, es el goleador histórico del club y uno de los futbolistas con más participaciones.